Segunda parte de la saga Mad Max.

Ambientada en una tierra devastada tras una guerra nuclear, y en donde los supervivientes sobreviven a duras penas envueltos de violencia y desesperación, la cicilización ha dejado de existir, no hay policía, ejercito ni nada parecido a una sociedad.

Las leyes son un recuerdo del pasado, y solo existe la ley del mas fuerte, sobrevivir al precio que sea.

Y de entre los supervivientes aparece Max, un solitario ex-policía que vaga de un sitio a otro sobreviviendo como puede igual que el resto de seres humanos.

Pese a ahber una carencia general de alimentos y agua, el bien mas preciado es la gasolina, la cual ha quedado en manos de una pacífica comunidad que sobrevive como puede a los ataques de Humongus, el señor de la región donde estos habitan parapetados tras una planta petrolífera que han convertido en una fortaleza.

Estos, rodeados por los esbirros de Humongus, sin posibilidad de escapar se ven abocados a vivir en una asedio constante , sin ninguna esperanza de recibir ayuda.

Y en esto, Max llegará a la región, Max no es un héroe, el sigue su propio beneficio y su camino, pero no tampoco dudará en ayudar a los sitiados y enfrentarse a quien haga falta para conseguir sus propios fines. Es el perfecto anti-héroe.

El film puede definirse como un western ubicado en un futuro post-apocalíptico.

La base petrolera recuerda a un pueblo del Oeste, los hombres de Humongus serían los forajidos, y Max el pistolero solitario que ayuda al pueblo a cambio de algo.

Es una peli con muchisimas virtudes, su montaje, diseño artístico, hábiles movimientos de cámara etc....

Contando además con espectaculares persecuciones y secuencias de acción, sin efectos digitales ni mierdas como las de hoy dia, cine artesanal y puro. Los exteriores encima son todos reales y le dan un aspecto real y creíble.

Grandíosa y esplendida secuela que rompe el tópico de segundas partes nunca fueron buenas de una manera aplastante y convincente.

Indispensable.