La secuela de la entretenida e infravalorada Vampiros de John Carpenter vino esta vez dirigida por Tomy Lee Wallace, uno de sus antiguos colaboradores, el cual se encarga tanto del guión como de dirirgir.

El resultado podría calificarse como de bastante flojo, no llega a resultar lamentable, pero sin duda queda muy por debajo de sus antecesor. Es correcto, pero carece de emoción y de fuerza.

Su comienzo resulta interesante y ameno pero una vez se juntan todos los cazavampiros la cosa empieza a decaer convirtiéndose en un film monótono y prerezoso, acusando además un exceso innecesario de metraje, realizado todo con muy poca imaginación, básicamente copia al anterior cinta de Carpenter, pero faltándole muchas mala leche, y contundencia. Y sangre!!!!

De Bon Jovi que decir, ni a los talones de James Woods.

En fin, para una tarde sin nada que hacer puede pasar, pero es que al final resulta tan aburrida y sosa que mejor dedicarse a otra cosa.

Thank You.