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Estados Unidos Estados Unidos · Bon Temps (Louisiana)
Voto de RandolphCarter:
6
Comedia. Drama Polémico documental (o mejor dicho, aparente falso documental) que sigue la transformación de Joaquin Phoenix de actor a cantante de hip-hop. Tras "Two Lovers", el actor declaró estar cansado de actuar, que abandonaba el mundo de la interpretación, y que en el futuro se dedicaría en exclusiva a su faceta de cantante. En sus escasas apariciones en los medios, un casi irreconocible Phoenix mostraba, además, un comportamiento cada vez más ... [+]
28 de enero de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joaquin Phoenix y su cuñado Casey Affleck perpetraron una ficticia vuelta de tuerca en la vida del primero para filmar este falso documental, poniendo en el entredicho la cultura del famoseo y causando conmoción en las alfombras rojas de EE. UU. La gran broma, la tomadura de pelo a Hollywood y a los tabloides norteamericanos que han estado durante año y pico pensando que la estrella de “En la cuerda floja” había finalmente perdido la cordura, al abandonarse profesional, física y mentalmente.

En la cúspide de su carrera, va el hombre y desaparece un tiempo para volver gordo, barbudo, monosilábico y aparentemente ido de la olla anunciando que deja la actuación y se dedica a su sueño secreto: cantar rap. Las reacciones no se hacen esperar ¿Se ha trastornado? ¿Serán las drogas? ¿Otro artista víctima de su propia fama? Parodias televisivas, reacciones encontradas entre la gente del séptimo arte, tabloides amarillistas haciéndose eco de la supuesta decadencia de Phoenix… Todo ello para rodar este docudrama, una crítica exposición de la cara amarga del mundo que rodea a las celebrities y de los parásitos que la pueblan.

Joaquin se (re)interpreta magistralmente como un lunático caprichoso, drogata, payasete, envanecido y tirando a autoritario con los que le rodean, causando reacciones reales y ficticias de lo más diverso. Este es quizás el punto más interesante, lo desdibujadas que se nos muestran las fronteras entre realidad y ficción cuando le vemos metiéndose rayas en los pezones de una prostituta, lanzándose contra el público a darse de ostias con un espectador, o presentando su mediocre maqueta a un pasmado Puff Daddy.

La lástima es que se desarrolla muy bien hasta ofrecernos unos tres cuartos finales de progresiva decadencia que resultan algo cansinos y reiterativos. Que uno acaba un poco harto de tantos porros, habitaciones de motel destrozadas, coprofagias accidentales y egos hinchados de artistas frustrados, vaya. Pese a esto, se trata de un meritorio experimento, valiente, salvaje y gamberrete; el pantagruélico retrato irreal de un niño con miedo a tirarse al agua, que devino en un hombre que se hunde más y más a cada nuevo paso que emprende en el río de la vida.
RandolphCarter
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