Mike Flanagan es el indicado para hacer una película de terror en la actualidad. Esta es una película del montón pero es mil veces mejor que su precursora. Como bien digo en el título de la crítica, esta película funciona como medio para pedir perdón por la mala película que se hizo anterior a esta. Pero a parte de eso, repito, es una película del montón. Te cuentan la historia que hay detrás de los misterios pero no es muy interesante ni tampoco original. Los sustos son bastantes convencionales metiendo alguna que otra imagen creepy de la pobre niña. De vez en cuando juega bien con algunos planos, movimientos de cámara y fotografía no muy típica en este tipo de cine. La historia avanza bastante recta, es decir, que siempre nos vamos a esperar lo que puede pasar, ya sea más temprano o más tarde. Empieza bien, con una buena premisa, sobre supuestos fraudes sobrenaturales, que eso puede llamar la atención del más agnóstico. También tener en cuenta que el 75% de la historia ya estaba contada en la anterior película y por eso tampoco se podía cambiar mucho de la misma. El final no sorprende porque se vio en la anterior parte. Se hizo lo que se pudo con lo que se tenía y salió algo medio decente, respetando algo mejor el juego al que hacen referencia en el título.