Sí, puede que sea más o menos lo de siempre. Woody vuelve con una de sus comedias clásicas, de esas que le "funcionan" tan bien, de esas que saca como churros de su ácida pluma.

Qué pocas cosas le hacen falta a este tio para hacer buenas comedias. Ni reconocidos actores, ni extenso reparto, ni efectos... Tampoco personajes complicados, simplemente estereotipos divertidos y sencillos (o planos, como querais), que colisionen entre ellos en diálogos graciosos a más no poder. Y además siempre da que pensar.

No le pongo más nota por la quiza excesiva sensación de Deja vú, y porque le cuesta arrancar un poco, pero las risas van in crescendo hasta unos geniales últimos 20 minutos.

Recomendable tanto para fans de Woody como para los que quieran entrar en el club.