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Voto de GinTonic:
9
7.6
107,849
Drama
El descubrimiento en una cuneta del cuerpo de un hombre brutalmente asesinado hará que las vidas de varias personas se entrecrucen en Los Ángeles. Un policía veterano y racista, su compañero novato e idealista, la esposa del fiscal del distrito, un tendero iraní, un acaudalado matrimonio negro... Entre estos personajes surgirán tensiones raciales, religiosas y sociales que ilustran la caótica vida de los habitantes de Los Ángeles. Debut ... [+]
9 de octubre de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recién estrenada (2004), un amigo, gran aficionado al cine, me comentó: -¿Has visto Crash? -No –Uf…..! Desde ese momento la puse en mi agenda, pero no pude verla hasta 2008 y desde entonces, en menos de un año la he vuelto a ver dos veces más. Visionar una película tanto tiempo después de su estreno tiene sus ventajas, pues te permite saber cual es la impresión que han sacado otros usuarios y compararla con la tuya propia. En este sentido, y siempre desde mi punto de vista, creo que la mayoría de las críticas que he leído son bastante simplistas y se quedan solo en lo que aparenta ser el núcleo de la película: el racismo. Pero no, Crash es mucho más que racismo. Es una película compleja, que no resuelve nada, pero que apunta muchas cosas y con tan sólo algunos flashes te hace recapacitar sobre muchos aspectos del alma humana: el poder, el maniqueísmo, el sentido de la vida, la arrogancia, la soledad, la ternura. Cada historia es distinta y de cada historia puedes extraer interesantes conclusiones a poco que reflexiones sobre ella. Crash destroza tópicos; arremete contra el maniqueísmo oficial americano, que tan alegremente se exporta al resto del mundo y que transforma lo complejo en simple. El simplista pensamiento oficial, queda seriamente dañado tras esta película, pues el mundo no se puede dividir entre buenos y malos, conmigo o contra mi, dios o demonio, como pretenden los bienpensantes, sino que la vida es más compleja y no se puede contemplar en blanco o negro. Entre ellos hay infinidad de matices….., al menos, toda la gama de grises. El bien contra el mal es, tal vez, el principal tema que se analiza en Crash, un tema recurrente en el cine norteamericano, en el que siempre ganan los buenos que somos nosotros, no los demás, que son los malos, y por esto, el cine norteamericano es profundamente maniqueo y racista. Pero la vida real es muy diferente. Como bien se expresa en Crash, en la vida real no existen buenos y malos sino que cada cual es un complejo de vivencias que nos hacen actuar bien o mal dependiendo de las situaciones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La historia de los policías Ryan y Phillippe es así. Ryan no es racista, sino un hombre frustrado, al que sistemáticamente le deniegan una revisión médica para su padre sin justificación alguna, y descarga su impotencia a la primera que puede, en este caso contra una pareja de negros que vienen de una fiesta, a los que humilla para calmar su ira. Que sea una pareja negra es sólo circunstancial, lo mismo podría haber sido negra, que blanca o mestiza. Su reacción no está motivada por el color de la piel, sino por su indignación. Sus actos son de desahogo, para descargar una ira incontenible. ¿Quién no ha actuado así en algún momento de su vida?
Posteriormente viene la redención del personaje que confirma mi anterior hipótesis. El coche ardiendo y Christine dentro, sin poder salir. La prudencia exige contemplar impotente como arde el coche con la chica dentro....., pero no puede abandonarla, se siente en deuda con ella porque es la chica que sometió a vejación hace tan sólo unos días, y debe intentar salvarla, es lo menos que puede hacer por ella. Por eso vuelve temerariamente al coche a riesgo de su vida. La salva y purga su pecado. Su acto no es una heroicidad inconsciente, sino que está justificado por una deuda contraída. Un racista no arriesga su vida para salvar a quien odia, alguien con un sentido de culpa, si, para redimirse.
En oposición tenemos al bueno de Phillippe. No duda en denunciar a su compañero, porque alguien tan íntegro como él no puede compartir el coche patrulla con otro a quien considera racista. Pero el sargento, viejo zorro, lo conoce y lo pone en su lugar con un sarcasmo propio de quien sabe lo que es la vida y lo que cuesta hacerse un hueco en ella, para que venga un niñito petulante, con escrúpulos de colegial, a joder el estatus. Phillippe es el típico héroe americano que se enfrenta a situaciones difíciles a pecho descubierto, sin calibrar el peligro. Lo hace con Cámeron cuando está fuera de si porque le han humillado y robado el coche y lo repite recogiendo a un desconocido en autostop. Que el autostopista sea negro tampoco importa, pues a nadie se le ocurre recoger a alguien (blanco o negro) en autostop, en un barrio marginal, a altas horas de la madrugada y lloviendo. Hay que ser inconsciente para ello, pero Phillippe es un poli bueno y cree haber cometido un acto de bondad. ¡Maldito héroe gilipollas!, no eres bueno; tu bondad no es natural sino producto de tu soberbia y por eso has interpretado la risa del negro como una burla; no lo puedes soportar...... y sin dar tiempo a más explicaciones lo echas del coche. Pero ya es tarde, tu soberbia te ha nublado la razón y cuando el negro se mete la mano en el bolsillo, para mostrarte el motivo de su risa, sacas la pistola de policía paranoico y le descerrajas un tiro en el pecho. Imbécil y desgraciado, eres el tipo de persona con las que no me gusta cruzarme en el camino y cuando las encuentro, cambio de acera.
Continua en Uf.......! (2)
Posteriormente viene la redención del personaje que confirma mi anterior hipótesis. El coche ardiendo y Christine dentro, sin poder salir. La prudencia exige contemplar impotente como arde el coche con la chica dentro....., pero no puede abandonarla, se siente en deuda con ella porque es la chica que sometió a vejación hace tan sólo unos días, y debe intentar salvarla, es lo menos que puede hacer por ella. Por eso vuelve temerariamente al coche a riesgo de su vida. La salva y purga su pecado. Su acto no es una heroicidad inconsciente, sino que está justificado por una deuda contraída. Un racista no arriesga su vida para salvar a quien odia, alguien con un sentido de culpa, si, para redimirse.
En oposición tenemos al bueno de Phillippe. No duda en denunciar a su compañero, porque alguien tan íntegro como él no puede compartir el coche patrulla con otro a quien considera racista. Pero el sargento, viejo zorro, lo conoce y lo pone en su lugar con un sarcasmo propio de quien sabe lo que es la vida y lo que cuesta hacerse un hueco en ella, para que venga un niñito petulante, con escrúpulos de colegial, a joder el estatus. Phillippe es el típico héroe americano que se enfrenta a situaciones difíciles a pecho descubierto, sin calibrar el peligro. Lo hace con Cámeron cuando está fuera de si porque le han humillado y robado el coche y lo repite recogiendo a un desconocido en autostop. Que el autostopista sea negro tampoco importa, pues a nadie se le ocurre recoger a alguien (blanco o negro) en autostop, en un barrio marginal, a altas horas de la madrugada y lloviendo. Hay que ser inconsciente para ello, pero Phillippe es un poli bueno y cree haber cometido un acto de bondad. ¡Maldito héroe gilipollas!, no eres bueno; tu bondad no es natural sino producto de tu soberbia y por eso has interpretado la risa del negro como una burla; no lo puedes soportar...... y sin dar tiempo a más explicaciones lo echas del coche. Pero ya es tarde, tu soberbia te ha nublado la razón y cuando el negro se mete la mano en el bolsillo, para mostrarte el motivo de su risa, sacas la pistola de policía paranoico y le descerrajas un tiro en el pecho. Imbécil y desgraciado, eres el tipo de persona con las que no me gusta cruzarme en el camino y cuando las encuentro, cambio de acera.
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