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Voto de Vito Corleone:
8
Aventuras. Drama En el siglo XIV, los escoceses viven oprimidos por los gravosos tributos y las injustas leyes impuestas por los ingleses. William Wallace es un joven escocés que regresa a su tierra despues de muchos años de ausencia. Siendo un niño, toda su familia fue asesinada por los ingleses, razón por la cual se fue a vivir lejos con un tío suyo.
25 de octubre de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pequeño William Wallace sigue a su padre a una reunión de clanes que va a tener lugar en la Escocia medieval. Al llegar a la reunión, la mayoría de jefes han sido asesinados, incluyendo algunos niños. Los clanes buscaban unirse entre ellos y junto con los nobles para hacer frente al opresor inglés, pero han sido traicionados y ahora solo queda ir a la guerra con la certeza de la derrota...

Al poco tiempo, una carreta le devuelve al niño el cuerpo de su padre y hermano. Su tío Argyle coge la tutela de William. Se encargará de su educación y le dará una valiosa lección: se ganan más batallas con el cerebro que con los músculos. Por ello, el Wallace que regresa a casa es un joven maduro que desea vivir en paz. Llega justo para una boda, en la cual se aplica la infame "prima nocte" (medida impuesta por Inglaterra para dividir a los escoceses, mediante la cual los nobles pueden acostarse con la novia de cualquier campesino en la noche de bodas).

Este, y otro desencadenante más personal, llevará a William Wallace a la insurrección directa, dirigiendo a su pueblo contra el ejército del rey Eduardo I. No están bien armados, desde luego, pero cuentan con la rabia contenida y el coraje necesario para llevarse todo por delante...

Mel Gibson siguió la senda de Kevin Costner 5 años atrás, cuando este dirigió "Dances with wolves": un joven actor en alza que dirige su ópera prima (en realidad, Gibson se había estrenado con la intrascendente "El hombre sin rostro"), que arrasa en taquilla y críticas, y recibe los oscars más importantes. Y es que "Braveheart" es un verdadero clásico contemporaneo.

El director y protagonista toma un personaje real y lo convierte en héroe actual con una premisa muy básica: William Wallace lucha por la libertad, una causa más que justa, contra un enemigo poderoso y cruel. Es simpático, guapo, sensible, fuerte y lo más importante, tiene la razón de su lado. ¿Qué más se le puede pedir?. "Braveheart" era el "Espartaco" de los 90. Ambos personajes existieron, sufrieron injusticias, dirigieron rebeliones y se convirtieron en mártires de su causa.

Con pulso ejemplar en la dirección, escenas de batallas impresionantes en el momento del estreno y una magnífica fotografía, Mel Gibson se pone épico y nos brinda una obra colosal. Romance, un héroe indiscutible, drama y deseos de justicia: todo un éxito. Sin duda, uno de los puntos más fuertes es la música: una melodía celta que recorre todo el metraje en las escenas más emotivas.

A destacar también Sophie Marceau, Catherine McCormack y Patrick McGoohan (el cruel Enrique). Pero está claro que Mel forjó un personaje a su medida, por lo que él es el protagonista total del filme. Y a pesar de las concesiones y ciertos convencionalismos, Gibson demostró que podía ofrecer espectáculo con calidad y respeto por la historia que narra. Un verdadero peliculón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vito Corleone
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