Lluís Quílez catalán de nacimiento y conocido por dirigir «Graffiti» (2015) o «Avatar» (2005) dirige, sin escribir el guion, «Desde la oscuridad», una película en la que una joven pareja junto a su hija pequeña se mudan a un caserón en el campo en Colombia y en la que los fantasmas de unos niños empezarán a hacer acto de presencia. En los papeles protagonistas tenemos a Scott Speedman como el padre de familia conocido por las dos primeras de «Underworld» o «Felicity» (serie de TV) o a Julia Stiles que interpreta a la chica de la pareja y conocida por «10 razones para odiarte» —una de mis comedias románticas favoritas en mi lista de aparentemente normales— o algunas de Bourne.

Se trata de una película de terror sobrenatural con elementos de suspense y misterio e incluso algo de intriga porque la mujer va haciendo su investigación para descubrir qué pasa en esa casa a raíz de los acontecimientos que le van sucediendo. Es una película que sin ser de las peores del género no llega a cuajar en el espectador por lo que a medida que avanza y avanza más, este pierde absolutamente el interés sobre el destino de los protagonistas.

Los actores están bien pero ya tienen un cierto caché y se les exige casi que lo hagan bien. Stephen Rea es otro de los actores famosos que salen en la película por cierto que casualmente también sale en «Underworld: el despertar» pero no coincide con Speedman ya que en esa solo lo nombran de pasada si no recuerdo mal.

Tiene un metascore de treinta y tres lo que indica que las críticas son en su mayoría negativas diciendo cosas como que adorna su débil historia con efectos para producir sustos o que no deja mucha impresión una vez vista. Algunas más favorables dicen que visualmente está bien y que a veces asusta. Su tomatá es de veinticuatro, con dieciséis críticas negativas de veintiuna. Yo opino que es una película de las que son si no aburridas casi aburridas en las que como digo no te interesa en absoluto ver su final siendo más interesante todo el trasfondo de la historia, las tradiciones de la región, que la película en sí misma y ni siquiera vale la pena por los tan denostados sustos porque casi no hay y si los hay son muy malos.