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Voto de echulin:
9
6.0
66
Drama
Cheila regresa de Canadá a pasar navidades en la hermosa casa que pudo regalarle a su madre con todo su esfuerzo. Trae consigo una gran noticia: por fin hará realidad su sueño de cambiar de sexo y ser una mujer total. Poco falta para operarse, pero requiere del apoyo de su familia. Tras ver a la otrora hermosa quinta en completo deterioro y ocupada por un caótico tropel de hermanos, cuñadas y sobrinos, a Cheila se le develarán duras ... [+]
8 de octubre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cheila emigró de Venezuela buscando una vida mejor, pero no se olvidó de su querida madre. Con mucho esfuerzo le compró una casa y se la amuebló. Regresó a su vida cotidiana, sin olvidarse de mandarle dinero a su madre y su familia para ayudarlos a prosperar en sus trabajos y sus estudios.
Tras varios años, decide operarse para ser una mujer completa, pero primero quiere contárselo a su querida madre. Regresa a Venezuela y lo que se encuentra allí no tiene nombre.
Tras varios años, decide operarse para ser una mujer completa, pero primero quiere contárselo a su querida madre. Regresa a Venezuela y lo que se encuentra allí no tiene nombre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La casa está descuidada, los desperfectos sin arreglar, los muebles destrozados, en ella viven la madre, hermanos, primos, cuñados, sobrinos,... hacinados y ganduleando todo el día, y todos viviendo de la sopa boba, de lo que Cheila envía a su madre.
Engañada para que mandase más dinero: una camioneta sin terminar de pagar y sin seguro, aunque ella mandó el dinero, una sobrina que le pedía ayuda económica para la universidad, pero que dejó los estudios hace mucho, y así sucesivamente.
Pero lo peor de todo es el desprecio. Cheila para ellos siempre ha sido y sigue siendo el MARICÓN, el degenerado al que los niños no deben acercarse. No importa que ella les haya proporcionado alojamiento y manutención. Y ahora que se va a hacer el cambio de sexo, más asco les da todavía.
Pero Cheila no es ciega y se da cuenta de todo, y la paciencia llega a su límite.
Una película insólita, con risas y con lágrimas, y más real de lo que pudiera parecer a primera vista. El montón de emigrantes que las pasan canutas para ahorrar unos cientos de euros para mandarlos a sus países de origen para que luego sus familiares se acostumbren a no dar un palo al agua, a vivir a costa del emigrado. Lo que empieza siendo una ayuda se convierte en una exigencia, y cada vez más absorvente.
Engañada para que mandase más dinero: una camioneta sin terminar de pagar y sin seguro, aunque ella mandó el dinero, una sobrina que le pedía ayuda económica para la universidad, pero que dejó los estudios hace mucho, y así sucesivamente.
Pero lo peor de todo es el desprecio. Cheila para ellos siempre ha sido y sigue siendo el MARICÓN, el degenerado al que los niños no deben acercarse. No importa que ella les haya proporcionado alojamiento y manutención. Y ahora que se va a hacer el cambio de sexo, más asco les da todavía.
Pero Cheila no es ciega y se da cuenta de todo, y la paciencia llega a su límite.
Una película insólita, con risas y con lágrimas, y más real de lo que pudiera parecer a primera vista. El montón de emigrantes que las pasan canutas para ahorrar unos cientos de euros para mandarlos a sus países de origen para que luego sus familiares se acostumbren a no dar un palo al agua, a vivir a costa del emigrado. Lo que empieza siendo una ayuda se convierte en una exigencia, y cada vez más absorvente.