Me gustan las comedias románticas con un poco de ficción o de humor. Las que tratan solamente de amor suelen ser demasiado empalagosas para mi gusto.

Esta historia no está mal, de un escritor cuyo personaje femenino se convierte en realidad (¡lo ha hecho un mago!) y que puede controlar a su antojo. Por desgracia, cuanto más pretende controlarla, más empeora la relación entre ambos. Ese punto podía haber sido explotado y hacer una comedia fabulosa, pero aquí han tirado más por lo melodramático.

El hermano del protagonista expresa muy bien sin prácticamente decir nada, lo que todos los hombres haríamos con una oportunidad así.

No aconsejo verla con la parienta, no vaya a ser que copien el discurso cuando la chica se pone reivindicativa.