Quizás en los sesenta tres tipos hiperactivos haciendo tonterías una tras otra fuese el summum del humor, dándose golpes, haciendo ruiditos enlatados y demás disparates, pero ese humor está hoy tan desfasado como los chistes de gangosos de Arévalo.

No digo que esta película no tenga su público, que yo estimo entre los 6 y 10 años, 12 como mucho si tus padres son hermanos, pero para el público adulto esta película es ciertamente insoportable. Habrá algún nostálgico que le recuerde a las antiguas películas, pero yo por suerte o por desgracia no he llegado a conocer los tres chiflados originales.

Empecé a verla y no sabía si era una película o una actuación de hora y media de Pepe Viyuela. Llamadme tikismikis, pero yo necesito un humor más elaborado, menos básico.