Maravillosa, deliciosa, increíble. Hacen falta muchos más adjetivos para ensalzar la nueva genialidad creada por Pixar. Me atrevo a decir señores que es mejor que la grandísima Toy Story.
Wall-E son 103 minutos de disfrute ante la pantalla de cine, en la que uno se deja llevar por la maravillosa sensación de que, durante 103 minutos, se puede volver a ser un niño. Llevaba mucho tiempo sin tener esa sensación, pero ayer en el cine la tuve.
Hablando ya más en profundidad de la película, coincido con la gente en esto: los primeros 40 minutos de cinta son de OBRA MAESTRA ABSLUTA. Ésta parte, carente de guión (ya que no hay diálogos casi), es perfecta, sólamente con las imágenes nos van contando la historia, y ésto, a éstas alturas del cine del siglo XXI, tiene muchísimo mérito (además no es ni aburrida).
La otra parte del filme no es que sea peor o inferior a ésta primera parte, es simplemente ya una historia más convencional, con guión y lo típico de cualquier película de ciencia-ficción, pero ojo, manteniendo un grán nivel.
Wall-E, película que recomiendo a todo el mundo, no se la pierdan por nada, porque es maravillosa. Un saludo!!