¿Es Iron Man una película memorable?. La verdad es que no, pero tiene la gran virtud de ser un espectáculo honesto, fresco y palomitero; esto que suena tan obvio no lo es porque el Hollywood de los últimos diez años debería recordarse como aquel que gasto más que nunca en Blocbusters para obtener (paradójicamente) cine con muchísimo menos espectáculo. Y es que Iron man da lo que promete, como tiene que ser, y no se para en pseudo-intelectualidades pero tampoco en los amaneramientos visuales o la chapuza narrativa que tantos sinsabores nos han dado tuercebotas como Michael Bay. Si a esto le sumamos que Downey Jr está graciosete, antes de repetirse hasta la naúsea en posteriores films y que Jeff Bridges es un maluto de postín, el metraje se pasa en un suspiro y con la sensación de que, esta vez sí, no hemos sido estafados,