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Voto de Juan Marey:
9
Drama Adaptación de la novela homónima de Miguel Delibes que narra la historia de Daniel, un niño que debe dejar su pueblo para ir a estudiar a la ciudad. Durante las horas previas a su marcha, Daniel evoca todos los recuerdos de su pueblo y sus gentes. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como actriz, Ana Mariscal había llegado a convertirse en una de las grandes estrellas del cine español durante la década de los años cuarenta, sin duda alguna el personaje que interpretó en “Raza” (Sáenz de Heredia, 1942) fue el que marcó su carrera posterior con mayor determinación por tratarse de una película sobre la guerra civil con argumento de Francisco Franco (bajo el pseudónimo de Jaime de Andrade), el sambenito de musa del dictador le perseguiría durante toda su carrera, este prejuicio ideológico ha eclipsado durante décadas el trabajo de Mariscal no sólo como intérprete, sino como una de las directoras y productoras pioneras en España, ya que fue junto a Margarita Alexandre, la primera en situarse detrás de la cámara durante la dictadura.

“El camino” es su séptimo largometraje y sin duda la mejor de sus obras, a pesar de que cayera injustamente en el olvido hasta que, en 2021, el Festival de Cannes recuperase una copia digitalizada y restaurada para su sección “Cannes Classics”, copia que, si aún no conocéis la película, os permitirá descubrir un film más que notable que guarda una fidelidad exquisita a la novela de Delibes, al tiempo que se constituye como un buen ejemplo (tardío en lo cronológico) de lo mejor del neorrealismo español que lo emparenta estilísticamente con títulos como “Surcos” (José Antonio Nieves Conde, 1951), “Mi tío Jacinto” (Ladislao Vajda, 1956) o “Calle Mayor” (Juan Antonio Bardem, 1956). Mariscal no sólo se limitó a la labor de dirección, ya que también produjo el film a través de su productora Bosco Films, y firmó el guion al alimón con José Zamit y con el asesoramiento del mismo Delibes, incluso la inconfundible voz de Mariscal aparece en los primeros minutos de la película, en los que nos sitúa en un pequeño pueblo castellano donde transcurre la acción.

Ana Mariscal adopta una posición de observadora y hace invisible su cámara con maestría gracias a una excepcional composición de los planos que consiguen un naturalismo ejemplar en todas las secuencias exteriores, con una delicada exaltación de la naturaleza y del conocimiento de los pájaros además de un cuidado retrato de esa vida rural española en los años cuarenta y cincuenta de la que tanto se ocupó Delibes: sus usos y costumbres, los antiguos oficios hoy desaparecidos (el herrero, el curtidor, el quesero…), y la pequeña sociedad jerarquizada en la que el cura, el médico y el maestro ocupan la cúspide de una pequeña población que, por otra parte, vive en completo aislamiento y únicamente conoce “de oídas” lo que se hace y cómo se vive en la capital. También consigue un cuidado retrato de personajes, huyendo de representarlos como meros arquetipos, aunque en el reparto encontramos caras reconocibles como Julia Caba Alba, o una ya muy guapa Maribel Martín de niña, lo cierto es que hay que destacar las interpretaciones de los tres adolescentes desconocidos que dan vida a Daniel "El Mochuelo", Roque "El Moñigo" y Germán "El Tiñoso".

Me produce cierta tristeza que haya tenido que ser el cine francés quien rescatase del olvido esta joya tan desconocida de una de las directoras pioneras del cine español, al menos ahora puede verse en nuestro país en todo su esplendor, ojalá no sea más que el principio del rescate de muchas otras películas españolas que han caído injustamente en el olvido.
Juan Marey
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