Aunque ‘Jersey Boys’ o ‘El Francotirador’ me dejaran un poquito más frío que de costumbre, Eastwood es un director que cada vez que estrena una película marco en rojo su fecha en el calendario. Es un director que demuestra, como en la que nos ocupa, una sobrada pasión por la historia que está contando y en ‘Sully’, nos llega mucho más que en otras ocasiones.

Para empezar porque, aunque no sea un santo de mi devoción, Tom Hanks está muy bien como el heroico piloto que se carcome por dentro. Sully tiene dudas existenciales a pesar de que todos aquellos que le rodean le dicen que es un héroe. A pesar de todo, él no sabe si hizo lo correcto. Y Hanks me transmite esa sensación intranquila que desprende su personaje por más que repita (quizás ese sea un pecado del film) y revise con cautela los acontecimientos que le llevaron a aterrizar el avión en el río.

Eastwood es un director que mima los detalles y la película tiene una más que cuidada puesta en escena, metiéndonos en faena en el primer minuto y, a base de flashbacks, contándonos lo que sucedió para que el espectador tenga una opinión sobre lo sucedido. Y aunque envuelve la película en un cierto toque patriótico, pues Eastwood tiene una opinión clara y quiere compartirla contigo (no en vano el guionista Todd Komarnicki adapta el libro escrito por el Chelsey Sullenberg original y Jeffrey Zaslow), se agradece que en todo momento exista una duda razonable.

‘Sully’ no está al nivel de otras obras de Eastwood como ‘Million Dollar Baby’, pero si que está un paso más cerca de ellas que sus predecesoras. Una película que entretiene y emociona. De esas que provocan una pequeña sonrisa de satisfacción al salir de la sala.

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