A pesar de volver con las pilas recargadas y ofrecernos una de las mejores entregas de la franquicia con días del futuro pasado, Bryan Singer pone la aventura por rutina en esta nueva entrega de la patrulla X. No es que la película sea un desastre, pero sí que es la más floja de la saga en mucho tiempo.

El principal problema que le encuentro a la película es su villano, tanto su horrenda concepción artística (¿De verdad no se le ocurrió a nadie otro diseño del personaje?) como su nula capacidad para suponer una amenaza. Se nos vende como una especie de villano definitivo, pero en realidad es un villano anticarismático y poco inspirado.

A raíz de ahí, la trama flojea a la hora de unir a todos los personajes, dando un protagonismo inesperado e innecesario a Jennifer Lawrence. Mística no fue nunca una X-Men tan sumamente relevante y su personaje tenía gancho cuando, básicamente, hacía lo que le venía en gana o cumplía la órdenes de Magneto (Fassbender, hoy por hoy, lo mejor de la franquicia).

Pero no todo son malas noticias en la nueva entrega. ‘X-Men: Apocalipsis’ tiene muy buenos momentos, como el cameo que no se debe desvelar y que está muy bien encajado. Además, ahí está de nuevo Mercurio (porque al guión le da la gana, así es, pero al menos está y aporta) con una escena que roba el film a pesar de que no tiene el factor sorpresa de la anterior.

Quizás un poco alargada en su metraje, ‘X-Men: Apocalipsis’ tiene muchas similitudes con la tercera entrega de la primera saga. Cumple las expectativas en cuanto entretenimiento y da lo que promete sí, pero flojea a nivel de guión e instala una cierta sensación de rutina en una franquicia recientemente renovada con gran acierto.

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