Media votos
6.6
Votos
54
Críticas
36
Listas
27
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ronin:
1
5.0
6,953
Animación. Ciencia ficción. Acción
Algunos años después de la batalla con Majin Buu, Bils, el dios de la destrucción, encargado de mantener el equilibrio del universo, se ha despertado de un largo sueño. Al escuchar rumores sobre un saiyajin que ha vencido a Freezer, Bils parte a la búsqueda de Goku. Emocionado por el hecho de que haya aparecido, después de tanto tiempo, un oponente tan poderoso, Goku ignora las advertencias de Kaito y decide enfrentarse a él. (FILMAFFINITY) [+]
20 de septiembre de 2013
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inmersos en un mundo nuevo donde las series de anime aparecen y desaparecen insignificántemente sin dejar ni el humo, los directivos de Toei sí que supieron dar un golpe en la mesa para llamar nuestra atención: Una película de Dragon Ball Z en el año 2013! Al enterarnos, todos los que crecimos viendo las aventuras y desarrollo de Son Goku dejamos todo y dirigimos nuestra total atención a "¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Es en serio esto? ¡Guaaaauu!". ¡Era algo sagrado, venido de nuestra infancia, que estaba volviendo! ¡Era algo nuestro!
Como ya me ha pasado miles de veces, la sensación de amor platónico con una película antes de verla, se desvanece sólo de una manera: viéndola. Y confieso que me hubiera gustado esperar más a que se me rompa la burbuja...
Lo que vemos en la película no se parece en nada al Goku que hace únicamente lo que disfruta, que es pelear. Ni el Vegeta que es un león de furia contenida a punto de escaparse a cada segundo. Ni ninguno de los "Guerreros Z" que todos vimos luchar y dar hasta sus vidas en cada batalla (sobre todo Krilin y Yamcha). Lo que vemos es a un grupo de personajes conocidos en el cual a todos -sin excepción- ya se les pasó su mejor momento hace muchísimo. Y enfrentando a un villano (porque ni merece el calificativo de "guerrero") motivado por el motivo más absurdo y humillante. El más puro ocio.
Cuando me enteré que en esta ocasión el rival de Goku iba a ser un dios, sólo se me cruzaron dos palabras: SAINT SEIYA. Me imaginé un dios majestuoso y ultra poderoso con un duro juicio en contra de la maldad del planeta Tierra, y dispuesto a destruirla. ¿Qué me encontré? Con un perro chihuahua humanoide que lleva 39 años de siesta y que cuando se despierta lo hace con movimientos y sonidos de Looney Tunes. ¡En serio! Y mientras desayuna junto a su secretario/a (iba a preguntar qué onda con él/ella, pero si me pongo a hacer preguntas que jamás nadie responde acerca de Bills y Wiss no termino más), revisa las "novedades" como quien lee el periódico, se entera de que Freezer fue derrotado por un saiyajin y de la nada se acuerda de una profecía que le dijeron una vez acerca de un Super Saiyajin Dios (más rebuscado imposible), y sale a buscarlo simplemente porque se le antojó. Listo, esto es todo el argumento. Luego de esto, puedes salir a comer algo, tomar aire y volver 50 minutos después, cuando comienzan las peleas interesantes, porque en el transcurso todo, absolutamente todo es, lisa y llanamente, un relleno más.
Las voces siempre nos encantan. La animación está en lo más alto (aunque jamás exigimos mucho porque una animación como la de los '80 y '90 es lo que aprendimos a querer). Es en el argumento en donde no sólo hace agua, directamente nos ahogamos a los diez minutos. Entiendo perfectamente que en DBZ Goku ya superó hasta lo insuperable y lo único que le quedaba por enfrentar más fuerte que él era directamente a un dios... pero tampoco merecíamos algo tan traído de los cabellos.
Se supone que sería un broche de oro, y no pasa de ser un alambre...
Como ya me ha pasado miles de veces, la sensación de amor platónico con una película antes de verla, se desvanece sólo de una manera: viéndola. Y confieso que me hubiera gustado esperar más a que se me rompa la burbuja...
Lo que vemos en la película no se parece en nada al Goku que hace únicamente lo que disfruta, que es pelear. Ni el Vegeta que es un león de furia contenida a punto de escaparse a cada segundo. Ni ninguno de los "Guerreros Z" que todos vimos luchar y dar hasta sus vidas en cada batalla (sobre todo Krilin y Yamcha). Lo que vemos es a un grupo de personajes conocidos en el cual a todos -sin excepción- ya se les pasó su mejor momento hace muchísimo. Y enfrentando a un villano (porque ni merece el calificativo de "guerrero") motivado por el motivo más absurdo y humillante. El más puro ocio.
Cuando me enteré que en esta ocasión el rival de Goku iba a ser un dios, sólo se me cruzaron dos palabras: SAINT SEIYA. Me imaginé un dios majestuoso y ultra poderoso con un duro juicio en contra de la maldad del planeta Tierra, y dispuesto a destruirla. ¿Qué me encontré? Con un perro chihuahua humanoide que lleva 39 años de siesta y que cuando se despierta lo hace con movimientos y sonidos de Looney Tunes. ¡En serio! Y mientras desayuna junto a su secretario/a (iba a preguntar qué onda con él/ella, pero si me pongo a hacer preguntas que jamás nadie responde acerca de Bills y Wiss no termino más), revisa las "novedades" como quien lee el periódico, se entera de que Freezer fue derrotado por un saiyajin y de la nada se acuerda de una profecía que le dijeron una vez acerca de un Super Saiyajin Dios (más rebuscado imposible), y sale a buscarlo simplemente porque se le antojó. Listo, esto es todo el argumento. Luego de esto, puedes salir a comer algo, tomar aire y volver 50 minutos después, cuando comienzan las peleas interesantes, porque en el transcurso todo, absolutamente todo es, lisa y llanamente, un relleno más.
Las voces siempre nos encantan. La animación está en lo más alto (aunque jamás exigimos mucho porque una animación como la de los '80 y '90 es lo que aprendimos a querer). Es en el argumento en donde no sólo hace agua, directamente nos ahogamos a los diez minutos. Entiendo perfectamente que en DBZ Goku ya superó hasta lo insuperable y lo único que le quedaba por enfrentar más fuerte que él era directamente a un dios... pero tampoco merecíamos algo tan traído de los cabellos.
Se supone que sería un broche de oro, y no pasa de ser un alambre...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El 80% de la película consta puramente de esos rellenos de espacio entre batalla y batalla que tanto odiábamos en la serie. Bulma haciendo una fiesta de cumpleaños donde los únicos invitados son los guerreros Z (porque ella no conoce otras personas, al parecer). Escenas de todos donde lo único que hacen es comer como cerdos, una tras otra. Bills se le aparece a Vegeta luego de darle una paliza humillante a Goku (y a nuestra infancia también), Vegeta recuerda una escena de cómo Bills humillaba a su padre, y en vez de intentar vengarse como hizo con Freezer... ¡¡¡Se muere de miedo!!! ¡¡El orgulloso príncipe de los Saiyajins!! ¡¡En vez de aprovechar esta oportunidad para vengar a su padre y superar de una vez por todas a Kakarotto!! Esta escena fue una puñalada en el corazón para los fans de Vegeta, y ni hablar de la escena donde él se pone a bailar y cantar "Bingo". Eso es retorcer el cuchillo sin piedad.
Si eso no es suficiente motivo para levantarse e irse con los ojos llorosos, las escenas de Bills haciendo breakdance y Piccolo cantando desafinado sí lo son. Los quince minutos de protagonismo principal de Pilaf y sus secuaces son para hundir la cara en el asiento. Luego de muchas escenas de Bills comiendo (el guionista debe pesar 150 kilos mínimo), la catástrofe que derivaría en la destrucción del mundo comienza porque... porque... porque Buu no le convidó un Pudín. Nada más. Mátenme. Luego, los guerreros Z recibiendo la paliza de siempre de parte de un dios de la destrucción que los vence fácilmente (sin matar a ninguno ni dejarlos lastimados de ningún modo. Hasta Nappa daba más miedo). La aparición de Goku que... ¡admite que no lo puede derrotar y le pide ayuda a Shen Long! Y éste también se muere de miedo (porque siempre se puede blasfemar un poco más), les cuenta que el Super Saiyajin God aparece cuando se reúne a cinco saiyajins de buen corazón y el corazón de uno se llena de luz (¡¡¡¡¡¿¿¿¿EEEEEHHH?????!!!!!).
Escena de Goku, Vegeta, Gohan, Goten y Trunks tomados de la mano haciendo un rito (?) mientras Bills (al igual que nosotros) se aburre y Wiss sigue come y come. El rito SSJG no funciona, y a Videl se le ocurre dar la noticia de que hay un saiyajin más presente: está embarazada. Si a esta altura no estuviéramos tan fastidiados hasta disfrutaríamos. Ella (mejor dicho el feto) se unen al rito y Goku se convierte en Super Saiyajin God (o sea, igual pero con aura azul y pelo rojizo).
Por fin comienza una pelea épica... o algo parecido, ya que es una pelea de golpe tras golpe que sólo se diferencia de las ya vistas por uno que otro escenario genial hecho por computadora. Nada de destruir ciudades enteras como cuando Vegeta estaba dominado por Bábidi. Esta vez omitieron el "anime catástrofe" al mínimo (algo raro, ya que DBZ puede darse el lujo de hacerlo, total luego reconstruyen todo con las esferas del dragón). Goku SSJG y Bills luchando codo a codo, luego a Goku se le pasa el efecto pero de todos modos continúa, haciéndonos pensar que finalmente él se convertiría en un Super Saiyajin God innato que despertaría su furia a un nivel nuevo... pero luego lo volvemos a ver caer en una escena entre ambos luchando en la estratosfera. Bills envía una bola de energía que Goku normal no puede resistir. De pronto vuelve a ser SSJG, y la soporta, y cuando todo parece ir bien... Bills le cuenta que él no es el único dios de destrucción, y Gokú SE DESMAYA!!!!!!! definitivamente, hice mal en quedarme ahí sentado y estoy pagando caro por ello.
Bills lo ayuda a bajar ante la vista de los Guerreros Z (que ya están resignados a servir de adorno en cada escena que haya), y, tal como promete, destruye la tierra. O mejor dicho, destruye una roca al costado que tenía tierra encima, y luego se va con un aire de "los dejé vivir porque me dieron lástima". Mientras el resto no saben si festejar o qué. Porque pareciera que los fans merecemos de todo menos respeto.
Si eso no es suficiente motivo para levantarse e irse con los ojos llorosos, las escenas de Bills haciendo breakdance y Piccolo cantando desafinado sí lo son. Los quince minutos de protagonismo principal de Pilaf y sus secuaces son para hundir la cara en el asiento. Luego de muchas escenas de Bills comiendo (el guionista debe pesar 150 kilos mínimo), la catástrofe que derivaría en la destrucción del mundo comienza porque... porque... porque Buu no le convidó un Pudín. Nada más. Mátenme. Luego, los guerreros Z recibiendo la paliza de siempre de parte de un dios de la destrucción que los vence fácilmente (sin matar a ninguno ni dejarlos lastimados de ningún modo. Hasta Nappa daba más miedo). La aparición de Goku que... ¡admite que no lo puede derrotar y le pide ayuda a Shen Long! Y éste también se muere de miedo (porque siempre se puede blasfemar un poco más), les cuenta que el Super Saiyajin God aparece cuando se reúne a cinco saiyajins de buen corazón y el corazón de uno se llena de luz (¡¡¡¡¡¿¿¿¿EEEEEHHH?????!!!!!).
Escena de Goku, Vegeta, Gohan, Goten y Trunks tomados de la mano haciendo un rito (?) mientras Bills (al igual que nosotros) se aburre y Wiss sigue come y come. El rito SSJG no funciona, y a Videl se le ocurre dar la noticia de que hay un saiyajin más presente: está embarazada. Si a esta altura no estuviéramos tan fastidiados hasta disfrutaríamos. Ella (mejor dicho el feto) se unen al rito y Goku se convierte en Super Saiyajin God (o sea, igual pero con aura azul y pelo rojizo).
Por fin comienza una pelea épica... o algo parecido, ya que es una pelea de golpe tras golpe que sólo se diferencia de las ya vistas por uno que otro escenario genial hecho por computadora. Nada de destruir ciudades enteras como cuando Vegeta estaba dominado por Bábidi. Esta vez omitieron el "anime catástrofe" al mínimo (algo raro, ya que DBZ puede darse el lujo de hacerlo, total luego reconstruyen todo con las esferas del dragón). Goku SSJG y Bills luchando codo a codo, luego a Goku se le pasa el efecto pero de todos modos continúa, haciéndonos pensar que finalmente él se convertiría en un Super Saiyajin God innato que despertaría su furia a un nivel nuevo... pero luego lo volvemos a ver caer en una escena entre ambos luchando en la estratosfera. Bills envía una bola de energía que Goku normal no puede resistir. De pronto vuelve a ser SSJG, y la soporta, y cuando todo parece ir bien... Bills le cuenta que él no es el único dios de destrucción, y Gokú SE DESMAYA!!!!!!! definitivamente, hice mal en quedarme ahí sentado y estoy pagando caro por ello.
Bills lo ayuda a bajar ante la vista de los Guerreros Z (que ya están resignados a servir de adorno en cada escena que haya), y, tal como promete, destruye la tierra. O mejor dicho, destruye una roca al costado que tenía tierra encima, y luego se va con un aire de "los dejé vivir porque me dieron lástima". Mientras el resto no saben si festejar o qué. Porque pareciera que los fans merecemos de todo menos respeto.