Haz click aquí para copiar la URL
España España · MADRID
Voto de Spark:
5
Comedia Mr. Popper (Jim Carrey) es un poderoso empresario que se queda un tanto descolocado cuando recibe como herencia nada menos que... ¡6 pingüinos! Obviamente, su cuidado no es una tarea sencilla, circunstancia que provoca ciertos problemas tanto en el trabajo como en el hogar de dicho individuo. Sin embargo, también le servirá para comprender el valor de la amistad y de la familia. (FILMAFFINITY)
5 de septiembre de 2011
Sé el primero en valorar esta crítica
El Sr. Poper. (Carrey) es un hombre de negocios divorciado, materialista y egoísta... pero la repentina llegada de unos cuantos pingüinos a su casa le harán convertirse poco a poco en un hombre preocupado y amoroso, ya no solo por sus pingüinos... sino por todo lo que no había valorado en su vida (su ex-mujer, sus hijos y los pequeños placeres de la vida).

En fin, ¡qué decir!. La película tiene una trama que parece salida de una cadena de montaje hollywoodiense (ya no sabemos cuantas veces hemos visto esta misma trama de gruñón materialista que no valora lo que tiene hasta que se topa con algo (animalillos de compañía, poderes mágicos... o lo que sea) que le hará cambiar para mejor y valorar lo que tiene).

Todo en sus momentos y diálogos es taaaan visto y previsible... pero a la vez todo sigue resultando taaaan simpático y alegre como suele resultar.

Y es que el producto es superficial y pueril (sus momentos no se explotan con demasiado calado)... pero afable y distraído, y funciona muy bien durante todo el metraje entreteniendo sin ninguna preocupación. Funciona por el buen hacer de Jim Carrey que se desenvuelve tan estupendamente bien como siempre en este tipo de producto que se le da tan fenomenal (la comedia mema y hogareña). Y aunque no estemos ante el Carrey más desvergonzado, faltón, gamberro, histríonico y divertido (la cinta siempre es políticamente correcta en sus gracias y desgracias para no herir la sensibilidad de los críos), sí que sigue manteniendo la genialidad, brillantez y afabilidad necesarias para engatusar mínimamente como buen payasete "light". Carrey se pasea con confianza y relumbrón por el metraje sabedor de que no erra en ningún plano.

La cinta también funciona porque los animalillos en cuestión son una monada magnetizante en su animación y su actitud; unas mascotitas entrañables y encantadoras que nada más verlas levantan la sonrisa. Funciona porque Waters enmarca con determinación el relato. Funciona porque su ritmo es muy conciso y preciso (con un buen montaje) que rara vez se obceca en exceso en alguna escena accesoria. Funciona porque el resto del reparto está muy natural y amable (a destacar la bellísima Gugino con la que Carrey además comparte cierta química). Y funciona porque su ambientación en un Nueva York tan nevado como soleado e iluminado resulta de lo más optimista.

En definitiva: una película más de Jim Carrey (ni la mejor... ni mucho menos la peor) que no deja carcajadas inolvidables pero sí continuados momentos tiernos y sonrisas cariñosas. Ideal para niños (que se lo pasarán en grande) que es a los que va dirigido este producto... aunque a un adulto no le inmutará demasiado por ser su trama tan vista y sobada, pero podrá sobrellevarla con suficiente simpatía.

Lo mejor: Carrey. Los adorables pingüinitos.
Lo peor: Su previsibilidad.
Spark
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow