Jaume Collet-Serra regresa de nuevo junto a Liam Neeson para ofrecer un thriller comercial y liviano (como ya hiciera en "Sin identidad"), y vuelve a demostrar su gran talento como director al distraernos por momentos con sus virguerías y su pulso narrativo de un guión tontaina; un guión que esta vez tiene más fragmentos y desperfectos que el de Butcher y Cornwell en la anterior cinta del director.

El guion nos describe a un alguacil aéreo de los Estados Unidos, que se topa con el reto de un pasajero que amenaza con matar a un pasajero cada 20 minutos. Mientras el alguacil trata de averiguar dentro del avión quien es el terrorista, cada pasajero se convierte en sospechoso o víctima. El planteamiento es interesante, pero esto no es "10 negritos". Lamentablemente la conspiración no es intrincada y no está muy trabajada; carece de intelecto, madurez, sensatez o calado. Por el contrario no dejan sucederse en ella simplezas, insensateces, memeces y disparates varios con repetitividad y muy mal resueltos... todo en un tono pretendidamente serio. Esto hace que el metraje en algunos momentos se aleje de todo interés al resultar algo redundante y somero (y esta vez Collet-Serra poco puede hacer cuando el libreto deja detalles tan sobrantes y prolijos, frases tan bobas y tipiconas (ni la cámara lenta ni los silencios entre frases ayudan ya en ciertos momentos a mantener cierta intriga) y situaciones y personajes tópicos).

Aun así, el artificio de Collet-Serra y la siempre imponente y natural presencia de Liam Neeson consiguen ser suficientes para que la mayor parte de los momentos sean, al menos, llevaderos. Con una buena edición, un correcto uso de sus planos, una excelsa puesta en escena y una acertada fotografía, el director consigue la astucia necesaria para distraer livianamente y en líneas generales al espectador hasta que se averigüe quien es el "malvado" (aunque esta vez Collet-Serra no consigue la nota sobresaliente de "Sin identidad", donde el director ofrecía unos encuadres, unos filtros y una edición más destacadas y no dejaba ni un solo momento muerto o aletargado). La banda sonora por su parte pasa totalmente desapercibida en el mal sentido de la palabra.

Otro factor que eleva al film de ser absolutamente negado es el reparto principal (del desacertado villano sin carisma ni tirón... en todos los aspectos (libreto y actor), mejor no hablar) donde destaca por supuesto un siempre descomunal Liam Neeson como héroe de acción (el actor es lo mejor de la cinta y, a pesar de tener un personaje bastante repetido y tópico, la naturalidad y personalidad del actor logran protagonizar la mayor parte de la sugestión del metraje). Julianne Moore, como siempre, está fenómena en un acotado personaje/florero que no hace justicia a la gran actriz que es. Y Michelle Dockery y Lupita Nyong'o están absolutamente correctas... aunque su presencia es más bien testimonial. Al menos, gracias al reparto de relumbrón, los típicos y limitados personajes consiguen no asquear.

Lo cierto es que la presencia de Neeson y la plasticidad de Collet-Serra consiguen que "Sin escalas" no sea de lo peor que nos podemos encontrar este año, pero para que fuera una cinta de suspense en un avión (¡anda que no hemos visto ya!) más pulida, entretenida y memorable lo que falta es más potencia y madurez en su guión, un guión que además pudo ser más condensado. Sin embargo el poco esfuerzo del libreto consigue que "Sin escalas" sea como otros cientos de thrillers baladíes que ya hemos visto dentro de aviones (me viene a la cabeza "Delta Force" con Chuck Norris): manidos, facilones e incluso tediosos por momentos que se olvidan enseguida y no merecen un segundo visionado.

Lo mejor: Liam Neeson. Julianne Moore. La dirección
Lo peor: Las disparatadas incongruencias del guión.