Esta cinta es la adaptación por excelencia de este cuento infantil clásico, desde entonces no se ha hecho mejor y es practicamente imposible que se supere (al menos en lo que a películas animadas se refiere). Es una obra muy completa, tiene de todo.

Y sí, como dice la canción, se tiembla de emoción. Por supuesto el nivel de animación en dos dimensiones es excelente y alcanza sus cotas más altas en la escena del baile (que es asombroso e inolvidable), sin embargo la puesta en escena animada nos logra transmitir todo (desde el tenebrismo del castillo encantado, a la rusticidad y calidez de la taberna del pueblo, pasando por todos los rasgos inolvidables y detallados de los personajes).

Ademán el guión es entretenido en todo momento, los personajes están tan bien construídos (todos ellos, desde el ególatra Gastón hasta los divertidos sirvientes encantados de la mansión) que ya los querrían algunas películas con actores de carne y hueso, la historia nos regala momentos misteriosos, sorprendentes, agradables, tenebrosos (más de lo habitual en este tipo de cintas, cosa que se agradece), dramáticos de pena y dolor (incluso de soltar la lagrimita) y, sobre todo, momentos divertidos de carcajada con diálogos realmente ingeniosos. Todo esto además con la historia de transfondo para los niños sobre el típico lema de "la belleza está en el interior", que trata de mostrar de una manera obvia y muy complensible que uno no se debe fíar de las apariencias y debe de esperar a conocer a la gente de verdad... y ese mensaje lograr calar perfectamente. Y también está por supuesto la romántica historia de amor.

Y no hay que olvidarse tampoco de que más que una película de animación, esto es un musical plagado de números inolvidables con una banda sonora alucinante.

En fin, un clasico de la animación cautivador solo al nivel de muy pocas películas de Disney como "El Rey León", "Blancanieves" o "Aladdin". Entretenido en todo momento, cargado de humor, emotividad, intriga y dolor. Desde el primer segundo hasta los títulos de credito no creo recordar ninguna escena o plano que merezca desperciciarse o perderse (a excepción de unos primeros momentos excesivamente cursis y el número musical "ser humano otra vez", que fue eliminado de la primera versión cinematográfica).

Lo peor: Demasiado cursi al principio.
Lo mejor: Todo lo demás... ¿la escena del festín?