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España España · MADRID
Voto de Spark:
3
Ciencia ficción. Acción. Aventuras Miles de años después de la destrucción de la civilización por un cataclismo, la humanidad se ha adaptado y, ahora, existen gigantescas ciudades en movimiento que vagan por la tierra sobre enormes ruedas absorbiendo a los pueblos más pequeños para obtener recursos. En una de esas colosales urbes Tom Natsworthy (Robert Sheehan), proveniente de la clase baja de Londres, deberá luchar por su vida junto a la peligrosa fugitiva Hester Shaw ... [+]
7 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el grandioso auge del cine de aventuras de fantasía (para muestra la insigne trilogía de "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson o la notable saga de "Harry Potter" con largos verdaderamente memorables) era irremediable que la primera entrega (publicada en 2001) de la serie de novelas de Philip Reeve sobre un futuro post-apocalíptico cargado de ataques tecnológicos y personajes juveniles llegara a la gran pantalla. "Mortal Engines" sigue la estela de los largos basados en literatura juvenil dentro de mundos fantásticos o futuristas, donde los héroes luchan contra un sistema social o gubernamental amoral y villano. En los últimos años se han trasladado al celuloide estos productos literarios de forma o bien equilibradamente sólida (casos de la atinada en lo comercial "Los juegos del hambre", la afable serie de "Ready Player One" o la disfrutable trilogía de "Divergente". Y que conste que ninguna de estas sagas es una obra maestra precisamente) o bien de forma torpe y boba (para muestra largos como "The Host" (2013), "El viaje de Max" (2016), "El juego de Ender" (2013) o "El séptimo hijo" (2014) entre muchos otros).

Por desgracia "Mortal Engines" pertenece a este segundo grupo. Con una propuesta atractiva (un futuro en el que los humanos sobreviven a lomos de titánicas metrópolis móviles en guerra unas con otras) que se adapta en el guión de forma errática y excesivamente somera. "Mortal Engines" presenta a numerables personajes tópicos (la protagonista de traumático pasado, el malo muy malo, los secuaces, el interés romántico, los secundarios sacrificables, etc.) y lega una sucesión de escenas de acción reiterativas y alongadas. Es un desbarajuste total, es como si a Steve Kloves o a Peter Jackson les hubieran obligado a resumir las sagas de J.K. Rowling y J.R.R. Tolkien en una sola película y de tanto resumir los personajes solo tuvieran un matiz y se pasearan con premura por unos lances simplones y superficiales. La cinta parece la típica persona que sale de casa con prisas y por ello se deja dentro las llaves, los zapatos y el móvil... pero ahora pasen esa escena a cámara lenta y tendrán "Mortal Engines". Porque la cinta supera las 2 horas de metraje, pero en lugar de aprovechar esos minutos y enriquecer a los personajes con dimensiones o a los acontecimientos con hondanadas el largo opta por insertar acción o momentos de incómodos silencios. Así que lo dicho: personajes planos que resultan pronosticables, y circunstancias que se sueltan de forma tan casual y pazguata que o bien no nos importan lo más mínimos o bien nos resultan demenciales sin pretenderlo.

Junto a ese dejado tratamiento argumental (que no se centra con firmeza en los ángulos de los personajes o la magia innata de su universo imaginativo) tenemos otra losa en la cinta que es ni más ni menos que su joven reparto (Hugo Weaving y Jihae sí están competentes, pero ni Robert DeNiro sería capaz de rescatar esos roles): Hera Hilmar es incapaz de dotar con algo de carisma a su papel, y lo mismo se puede decir de un errático Robert Sheehan que parece estar en una comedia cuando la situación pide drama y viceversa (desde luego no es Rupert Grint. Y es una pena).

El resto de elementos sí son apreciables y aupan la experiencia cinematográfica a lo tolerable en un primer visionado a pesar de que lo que nos cuentan no nos afecte o desvele lo más mínimo. Y es que "Mortal Engines" es muy virtuosa: con un diseño de producción elegante lleno de escenarios (digitales o no) de composiciones armoniosas, fastuosas y acicaladas, con una elección de planos vivaz, con una edición pertinente, con una cinematografía limpia, con una fotografía mayestática, y con un sonido envolvente "Mortal Engines" es esplendorosa como escaparate audiovisual. Siendo unos fuegos de artificio confortables y aseados para con el espectador. El problema es que es una película de ficción y no un castillo de fuegos artificiales. Por lo que el largo queda como "300" (2006) de Zack Snyder o cualquiera de sus cámaras lentas, algo que resulta agradable a la vista pero que no aporta ni siquiera un entretenimiento de peripecias joviales. Solo recomendable a los seguidores de las aventuras distópicas en las que prime más el contenedor que el contenido.

Lo mejor: Su cinematografía (a pesar de que los efectos especiales se noten de forma evidente, no dejan de ser grandiosos).
Lo peor: Me quedo con la apática e indolente actuación de Hilmas como protagonista, todo un desatino.
Spark
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