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Comedia. Aventuras. Infantil
La pequeña villa de Astérix y Obelix es el último lugar que queda fuera del control de Roma. Cuando el recaudador de impuestos Claudius Incorruptus no consigue el dinero de sus habitantes, el propio Julio César se acerca al lugar para ver qué hay de especial en ellos. El secreto es una poción mágica preparada por su druida Panoramix les da a todos una fuerza sobrehumana cuando la beben. (FILMAFFINITY)
3 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco con orgullo que los cómics de "Astérix y Obélix" forman parte de mi infancia más feliz, los recuerdos de peque con mi padre leyéndome al acostarme estas historias mientras los dos nos reíamos de las comodidades contemporáneas que tenían estos romanos (como los bares de carretera o esas reuniones del César con sus mandamases y sus dosieres con bolígrafos) y su forma cómica de tratar de acabar con la aldea gala protagonista y no conseguirlo nunca. Al lado de "Astérix y Obelix" las tramas del correcaminos y el coyote se quedaban en una tontada. Pues estamos ante unas creaciones de René Goscinny (aka. Goscinirix) y Albert Uderzo (aka. Uderzix) cargadas de chispa tanto en su diseño como en sus relatos de aventuras y diversión (son cómics que además no pierden un ápice de su simpatía y sagacidad se tenga la edad que se tenga por parte del lector (y probablemente por eso mi padre los disfrutaba tanto o más que yo mientras me los leía)).
Así que con el merecidísimo éxito de estas viñetas francesas, era lógico que el material tuviera su traslación a la pantalla. Películas animadas ha habido muchas (con menos fortuna a la hora de escoger el tempo narrativo que los cómics originales que se zampan al ritmo adecuado de cada lector) pero siempre con un sentido del humor menos repleto en sus salidas sarcásticas. Son productos que dan más importancia a los lances aventureros que al cómo se desarrollan con burla. Y a la primera traslación con actores de carne a hueso a la gran pantalla le sucede tres cuartos de lo mismo.
Con un casting atinadísimo (Gerard Depardieu es Obélix encarnado, y quien me diga lo contrario dudo que haya saboreado los cómics. Pues el de Châteauroux maneja con naturalidad y complicidad el carácter ingenuo, bobalicón, afable y guasón del personaje. Depardieu transmite con tino los variopintos y curiosos registros del personaje comiquero. Mientras Christian Clavier también da el punto de suspicacia y sensatez para con su amigo. Pero todos los personajes más característicos de las páginas de Goscinny y Uderzo son trasladados con respeto y fidedignidad respecto a las viñetas originales tanto en su físico como en su actitud distintiva (Abrabacurcix, el César, Edadepiédrix, Panoramix, Asuranceturix, Karabella, Falbalá, Tragicomix), pero mención especial merece Jean-Pierre Castaldi que se lo pasa pipa con su desesperado Centurión Romano Caius Bonus), una puesta en escena decente (que no sobresaliente) y un tono de aventura de comedia que mantiene la esencia del material original con cortesía, lo cierto es que "Astérix y Obélix contra César" se torna en un entretenimiento simpático para los más pequeños de la casa y los más nostálgicos de estas historietas.
Por supuesto este largo no llega ni de lejos al nivel mostrado sobre el papel. Pero es que eso es prácticamente imposible. Aunque bien es cierto que Gérard Lauzier tenía mucho material para dotar al film de un humor más descarado y continuado... y no lo hace. ¡Vamos que "Astérix y Obélix contra César" podría haber derivado con gusto en una especie de "Aterriza como puedas" (1980) o "Deadpool" (2016) y en su lugar tenemos una ración de salidas más pareja a comedias infantiles como "Ratónpolis" (2006), "Los Pitufos" (2011) o "Rango" (2011)! Pues "Astérix y Obélix contra César" se contiene demasiado en su humor, que solo se presenta en lo más básico que ofrecen las páginas de Goscinny y Uderzo sin desarrollarse tanto como en aquellas. Se queda a medio gas, y los topetazos y situaciones entre aldeanos y romanos se quedan en la propuesta campechana y asequible sin unos diálogos tan brillantes como los de los bocadillos de los cómics.
Pero que sea un sentido del humor más descafeinado de lo esperado no quiere decir que sea malo ni chirriante (ni mucho menos), desde luego sirve como sostén a unas aventuras que (eso sí) son igual de básicas y sencillotas que las de los cómics. Unas aventuras que, al igual que sucede con las películas de animación de "Astérix y Obélix", poseen un ritmo irregular. Con un primer terció de lo más fluido y progresivo...
Así que con el merecidísimo éxito de estas viñetas francesas, era lógico que el material tuviera su traslación a la pantalla. Películas animadas ha habido muchas (con menos fortuna a la hora de escoger el tempo narrativo que los cómics originales que se zampan al ritmo adecuado de cada lector) pero siempre con un sentido del humor menos repleto en sus salidas sarcásticas. Son productos que dan más importancia a los lances aventureros que al cómo se desarrollan con burla. Y a la primera traslación con actores de carne a hueso a la gran pantalla le sucede tres cuartos de lo mismo.
Con un casting atinadísimo (Gerard Depardieu es Obélix encarnado, y quien me diga lo contrario dudo que haya saboreado los cómics. Pues el de Châteauroux maneja con naturalidad y complicidad el carácter ingenuo, bobalicón, afable y guasón del personaje. Depardieu transmite con tino los variopintos y curiosos registros del personaje comiquero. Mientras Christian Clavier también da el punto de suspicacia y sensatez para con su amigo. Pero todos los personajes más característicos de las páginas de Goscinny y Uderzo son trasladados con respeto y fidedignidad respecto a las viñetas originales tanto en su físico como en su actitud distintiva (Abrabacurcix, el César, Edadepiédrix, Panoramix, Asuranceturix, Karabella, Falbalá, Tragicomix), pero mención especial merece Jean-Pierre Castaldi que se lo pasa pipa con su desesperado Centurión Romano Caius Bonus), una puesta en escena decente (que no sobresaliente) y un tono de aventura de comedia que mantiene la esencia del material original con cortesía, lo cierto es que "Astérix y Obélix contra César" se torna en un entretenimiento simpático para los más pequeños de la casa y los más nostálgicos de estas historietas.
Por supuesto este largo no llega ni de lejos al nivel mostrado sobre el papel. Pero es que eso es prácticamente imposible. Aunque bien es cierto que Gérard Lauzier tenía mucho material para dotar al film de un humor más descarado y continuado... y no lo hace. ¡Vamos que "Astérix y Obélix contra César" podría haber derivado con gusto en una especie de "Aterriza como puedas" (1980) o "Deadpool" (2016) y en su lugar tenemos una ración de salidas más pareja a comedias infantiles como "Ratónpolis" (2006), "Los Pitufos" (2011) o "Rango" (2011)! Pues "Astérix y Obélix contra César" se contiene demasiado en su humor, que solo se presenta en lo más básico que ofrecen las páginas de Goscinny y Uderzo sin desarrollarse tanto como en aquellas. Se queda a medio gas, y los topetazos y situaciones entre aldeanos y romanos se quedan en la propuesta campechana y asequible sin unos diálogos tan brillantes como los de los bocadillos de los cómics.
Pero que sea un sentido del humor más descafeinado de lo esperado no quiere decir que sea malo ni chirriante (ni mucho menos), desde luego sirve como sostén a unas aventuras que (eso sí) son igual de básicas y sencillotas que las de los cómics. Unas aventuras que, al igual que sucede con las películas de animación de "Astérix y Obélix", poseen un ritmo irregular. Con un primer terció de lo más fluido y progresivo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
y con un último tercio estirado en la acción bobalicona sin necesidad.
Sin embargo es un película que se deja ver gracias a los bastantes ingredientes atractivos con los que cuenta: una realización (con permiso de ciertos alongamientos en los planos del tercio final) por parte de Claude Zidi de lo más orgánica (aunque estamos ante una realización completamente convencional y estática en su mayor parte, no molesta y se torna muy natural), una tenue iluminación seductora, unas actuaciones espabiladas (Roberto Benigni incluido como el villano antagonista), un vestuario atinado, una banda sonora adecuada (que no destacada) y unos efectos especiales resultones (pero evidentemente limitadísimos y cantosos) para con el tono afable, llevadero y somero de la cinta. Defectos tiene, por supuesto. Al humor le falta una marcha más que no abarque solo a los más peques o los más incondicionales de "Astérix y Obélix", la realización pudo dar a la cinta más brío agradecido y un sello singular (pero no estamos ante un Ridley Scott o un Quentin Tarantino) y la cinematografía pudo contar con una calidad más definida.
Pero desde luego no le voy a pedir peras al olmo, y a "Astérix y Obélix contra César" no le voy a pedir los efectos especiales de "Avatar" (2009), las actuaciones de "Mary Poppins" (1964), la banda sonora de "Regreso al futuro" (1985), los planos de "Fargo" (1996) o el guion de "Rompe Ralph" (2012)... aunque podríamos hacerlo y tendríamos una comedia disparatada mucho más reseñable. Pero tampoco tenemos un horror, yo la he disfrutado en su justa medida. Tanto como comedias del mismo corte como "Pesadillas" (2015), "Sonic, la película" (2020), "Superdetective en Hollywood" (1983), "Bob Esponja: Un héroe fuera del agua" (2015), "Shazam!" (2019) o "Space Jam" (1996) entre otras. No es la aventura cómica de la categoría de las mentadas "Mary poppins", "Rompe Ralph" o "Campeones" (2018) o "Big" (1988), pero tampoco es el desastre vergonzoso de "Epic Movie" (2007), "Lizzie Superstar" (2003), "Anacleto, Agente Secreto" (2015) o "Mortadelo y Filemón: Misión salvar la Tierra" (2008).
Lo mejor: Me voy a quedar con la iluminación.
Lo peor: Su tercio final de acción redundante y mema.
Sin embargo es un película que se deja ver gracias a los bastantes ingredientes atractivos con los que cuenta: una realización (con permiso de ciertos alongamientos en los planos del tercio final) por parte de Claude Zidi de lo más orgánica (aunque estamos ante una realización completamente convencional y estática en su mayor parte, no molesta y se torna muy natural), una tenue iluminación seductora, unas actuaciones espabiladas (Roberto Benigni incluido como el villano antagonista), un vestuario atinado, una banda sonora adecuada (que no destacada) y unos efectos especiales resultones (pero evidentemente limitadísimos y cantosos) para con el tono afable, llevadero y somero de la cinta. Defectos tiene, por supuesto. Al humor le falta una marcha más que no abarque solo a los más peques o los más incondicionales de "Astérix y Obélix", la realización pudo dar a la cinta más brío agradecido y un sello singular (pero no estamos ante un Ridley Scott o un Quentin Tarantino) y la cinematografía pudo contar con una calidad más definida.
Pero desde luego no le voy a pedir peras al olmo, y a "Astérix y Obélix contra César" no le voy a pedir los efectos especiales de "Avatar" (2009), las actuaciones de "Mary Poppins" (1964), la banda sonora de "Regreso al futuro" (1985), los planos de "Fargo" (1996) o el guion de "Rompe Ralph" (2012)... aunque podríamos hacerlo y tendríamos una comedia disparatada mucho más reseñable. Pero tampoco tenemos un horror, yo la he disfrutado en su justa medida. Tanto como comedias del mismo corte como "Pesadillas" (2015), "Sonic, la película" (2020), "Superdetective en Hollywood" (1983), "Bob Esponja: Un héroe fuera del agua" (2015), "Shazam!" (2019) o "Space Jam" (1996) entre otras. No es la aventura cómica de la categoría de las mentadas "Mary poppins", "Rompe Ralph" o "Campeones" (2018) o "Big" (1988), pero tampoco es el desastre vergonzoso de "Epic Movie" (2007), "Lizzie Superstar" (2003), "Anacleto, Agente Secreto" (2015) o "Mortadelo y Filemón: Misión salvar la Tierra" (2008).
Lo mejor: Me voy a quedar con la iluminación.
Lo peor: Su tercio final de acción redundante y mema.