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España España · MADRID
Voto de Spark:
1
Musical. Drama Adaptación del famoso musical de Andrew Lloyd Webber, del mismo título. La trama gira en torno a una tribu de gatos -los Jellicles- durante la noche del año en que toman su más trascendente elección: la de decidir cuál de ellos renacerá en una nueva existencia. La producción teatral se representó ininterrumpidamente 21 años en el West End de Londres, mientras que en Broadway (Nueva York) se mantuvo 18 años en cartel.
13 de mayo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante el que es hasta la fecha el peor musical de la historia del cine. Desconozco si es un espectáculo que agradece más el formato teatral que el cinematográfico pues no lo he visto en sus pases de la Gran Vía (aunque no he dejado de disfrutar de los montajes en Madrid de "El rey león", "Grease", "Chicago", "La familia Adams", "West Side Story" y "Piaf: Voz y delirio"). Me limitaré a calificar esta adaptación a la gran pantalla que venía a presagiar a finales de 2019 la que nos esperaba a nivel mundial.

Tras castigarnos en cierta medida con su visión de "Los miserables" (mantengo el 4 que le marqué cuando llegó a las salas españolas) con mucho espectáculo de escenarios pero escasa desenvoltura y locomoción argumental, Tom Hooper se remata del todo en un género que no le quiere bien con "Cats".

La trama (si es que se le puede llamar así) nos muestra a una gata protagonista llamada Victoria (Francesca Hayward) que se presenta en una especie de ceremonia gatuna de cantos y bailes en la que uno de ellos será escogido como "Jelicato" (algo así como la Miss/el Mister gato del año) y se le ofrecerá la oportunidad de cambiar de vida. Y digo que si se le puede llamar trama porque con esta propuesta "Cats" realiza exactamente lo mismo que los pases de modelos en esos certámenes de belleza de Miss Universo... y esos pases... trama argumental lo que se dice trama argumental... pues no tienen (bueno, algunas pasarelas de moda sí llegan a tener una temática con cierto desarrollo de relato (véase la gala del MET). Algo en lo que "Cats" tampoco llega a superarlas tan siquiera). Y es que en "Cats" no pasa nada, todo es un desfile de piruetas irregulares (algunas muy lucidas, otras horrendas hasta el extremo) pero el largo no aporta ni puntos de edificación a los personajes (son tópicos hasta el extremo. Tenemos el gato glotón, la gata doméstica perezosa, el gato callejero ladino, la gata casquivana, la gata asilvestrada pordiosera y así un largo etcétera de estereotipos felinos que ni hacen gracia ni transmiten drama dada su simpleza y esteorotipo garabateado) ni un solo ángulo de calado, ya sea en la presentación o en el desarrollo del devenir de esta "historia".

"Cats" no solo no importa ni interesa, es que llega a aburrir (y es difícil que un musical aburra dado que sus coreografías suelen aportar una exhibición de lo más hermosa entre progreso y progreso narrativo) y solo conozco un musical que llegue a producir algo de hastío y ese es "Los miserables" (2012) del mismísimo Hooper que pinta y baila. "Cats" no tiene cadencia argumental, la concatenación de bailes y "canciones" (me niego a quitarle las comillas) no deja de repetir una y otra vez la presentación de un interminable despliegue de secundarios bobalicones y hasta sonrojantes. Y así las casi 2 horas parecen 5, las ganas de abandonar el visionado son casi constantes pasada la media hora inicial que tiene algo de factor sorpresa (uno se pregunta en esos puntos si sus ojos no le están jugando una mala pasada, pero es así: "Cats" es tan mala como en principio parece).

Y es que la puesta en escena tampoco es que sea muy boyante y llegue a equilibrar el vacío del guión (y su hastiante redundancia). La iluminación es notable y mimada (el uso de cuidados tonos eléctricos en su tenue noche resulta confortable para con el espectador), los efectos visuales son logrados (otra cosa es que den bastante yuyu estos híbridos gato-humanoides... al mismo yuyu que puede dar Chucky el muñeco diabólico en pantalla, que a pesar del terror que infunde sus efectos visuales siguen siendo de categoría), la edicición de sonido y su mezcla son deslumbrantes, el diseño artístico es digno y primoroso, el cuerpo de baile es sólido, y los actores logran moverse y mostrar sus ademanes gatunos con cierta desenvoltura y naturalidad. Pero es que las "canciones" son tan perezosas (algunas directamente no tienen ni notas musicales, solo una recitación con pausas que no vienen a cuento), olvidables y reiterativas, y los comportamientos que tiene que realizar el elenco son tan extraños y marranos (imagínense, la audiencia puede desconectar y pensar en otras cosas mientras ve este film tan gris y de repente un actor se lame el cuerpo porque claro su personaje se está lavando, o realiza una contorsión para olerse sus partes y mete la cabeza de gato ahí... pues ¡qué quieren que les diga!, las arcadas puede llegar por sí solas) que cualquier atisbo de calidad en la cinta queda completamente emborronado.

Lo digo con pena y sinceridad: es una película horrorosa. Muy mala y carne de festival de cine cutre junto a superproducciones fallidas a lo "Batman & Robin" (1997), "Catwoman" (2004) (otra de felinos humanos), "The Room" (2002) o junto a cine de serie B "tan malo que es bueno" como "Plan 9 del espacio exterior" (1959) o "Megatiburón contra pulpo gigante" (2009). No se la recomiendo a nadie (bueno a los pocos furrys que habitan por el planeta, a los que respeto pero como el tema no me va no puedo valorar "Cats" como lo harían ellos), alénjense todo lo que puedan... y más aún si quieren acercarse al género musical (pues aquí estamos ante el anti-musical, y sería una pena que se perdieran un género tan maravilloso del Séptimo Arte por tener la mala experiencia de comenzar con tal despropósito). Hace muy pocos días volví a ver por enésima vez "Chicago" (2002) (admito que es una de mis cintas favoritas) y estoy por ponérmela otra vez para que se me quite el mal sabor de boca. "Chicago" o "Sonrisas y lágrimas" (1965), "Hairspray" (2007), "Mary Poppins" (1964), "Grease" (1978) o "West Side Story" (1961), algo que me recuerde por qué amo el género del musical.

Lo peor: El guión.
Lo mejor: El sonido.
Spark
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