M. Night Shyamalan ha muerto, cinematográficamente hablando por supuesto. Se podía figurar hace unos años, pero en 2013 lo ha confirmado definitivamente. Lo que podía parecer no dar con la tecla en un principio, se ha convertido en un director que dejó de tener sexto sentido para el cine. El huevo Kinder con sorpresa que era su cine ha pasado a mejor vida, y algo peor aún, el dulce chocolate que unos años atrás nos trajo se ha vuelto insipido. Cierto es, que no se le puede exigir que todas sus películas acaben con un final de los que deja boquiabiertos, pero también hay unos mínimos exigibles por parte del público hacia un director que hace unos años prometía ser brillante. Tras su Sexto sentido, vinieron cintas buenas como El Bosque, El protegido y Señales, cintas no tan buenas como la que le dio a conocer, pero buenas al fin y al cabo. Tras estas vinieron intentos fallidos como La joven del agua o El incidente, alejadas del nivel habitual pero que para nada hacían presagiar el batacazo de Airbender y la caída definitiva con After Earth.

A esa última es a la que haré referencia. Su cinta se presentó en junio en las salas de cine con muy malas críticas, y a pesar del trailer con tan buena pinta que meses atrás pudimos ver, hay que darle la razón a los críticos. La cinta es mala, de narices. Plana, sencilla, predecible, sin giros de guión y lejos de cualquier factor sorpresa. Es más, si uno está atento en los 15 primeros minutos y ha visto el trailer se puede imaginar lo que va a pasar. Incluso montarse su propia película sin necesidad de ver el resto de la cinta.

Para más Inri, aquí ya no hay niño talentoso con la capacidad de ver muertos, amén de que el mejor Bruce Willis es cambiado por el peor Will Smith. El dueto en pantalla que el actor de El principe de Bel -Air hace con su hijo Jaden es bastante pobre. Will hace una mala actuación para que su vástago deslumbre, pero ni así lo consigue. Su hijo se empeña en hacer un pésimo papel, su rostro inexpresivo y sus cejas inmóviles confirman que en ocasiones el talento no se transmite de padres a hijos. Will demuestra así lo que un padre es capaz de hacer por un hijo. Intenta hacerle triunfar donde él pisa con seguridad, pero el daño que este papel puede hacerle en un futuro es irreversible, a Jaden le queda muchísimo camino por hacer si quiere llegar a ser la mitad de buen actor que es su padre. Hasta Jesús Calleja podría haber sido mejor protagonista que el pequeño Smith, al menos el hubiera dotado de espectacularidad la expedición en la deshabitada Tierra.

En definitiva, After Earth es una mala película que más que cabreo produce indiferencia. Un claro tocado y hundido para su director y su joven protagonista.

Más y mejores críticas en la revista digital ojocritico.com