En cuanto a la trama, no es fiel a la novela en casi ningún momento. En ciertos aspectos es entendible, pero en otro no se comprende el cambio de la historia. Obviando la desaparición de personajes tan importantes como la griega Haydée, Caderousse o Benedetto, llama la atención que los que sí aparecen están metidos con calzador. Fernando, el pobre pescador de los Catalanes, ahora es el mejor amigo de Edmundo y ocupa el lugar de Danglars en el Faraón. El padre de Villefort ya no se llama Noirtier, un dato tan sencillo de conservar que no se comprende el motivo del cambio. Pero esto no es lo más grave de todo. El devenir de los personajes tras la venganza no tiene absolutamente nada que ver con la historia original. Recordemos que Fernando se suicida cuando se descubren sus mentiras. Mercedes vuelve a Marsella con intención de vivir en un convento tras donar toda su fortuna. Danglars se arruina y es apresado por el bandido Luigi Vampa. Villefort enloquece tras haber envenenado su mujer a media familia, incluida a su hija Valentina. Pero en este film no vemos nada de esto.