Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de msm:
6
Drama Narra la historia de Srinivasa Ramanujan, un matemático indio que hizo importantes contribuciones al mundo de las matemáticas como la teoría de los números, las series y las fracciones continuas. Con su arduo trabajo, Srinivasa consiguió entrar en la Universidad de Cambridge durante la Primera Guerra Mundial, donde continuó trabajando en sus teorías con la ayuda del profesor británico G. H. Hardy, a pesar de todos los impedimentos que ... [+]
29 de mayo de 2016
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre vestido con harapos garabatea en el suelo de un desvencijado templo hindú. Con una tiza en la mano y una expresión de puro éxtasis en la cara dibuja, una tras otra, infinitas ecuaciones. Cambia el plano y el hombre –Dev Patel– enseña un cuaderno lleno de números a un sinfín de hombres trajeados, rogando un trabajo. Hasta que finalmente uno se da cuenta de lo que tiene en las manos y se compromete a ayudarlo. Sin saberlo, ha comenzado el cambio en la historia de las matemáticas; sin saberlo, ha ayudado a Srivansa Aiyagar Ramanujan.

Dev Patel (Slumdog Millonaire, The Newsroom) y su profunda y triste mirada, dan vida a Ramanujan, un matemático autodidacta de principios del siglo XX que viajó de la paupérrima Madras (India) a la prestigiosa universidad de Cambridge. Quien hace posible este viaje es el famoso matemático, G.H. Hardy (Jeremy Irons), el otro protagonista del filme. Éste se convertirá en el mentor de Ramanujan, con el que tendrá más de un encontronazo que servirá como columna vertebral de El hombre que conocía el infinito.

La cambiante relación entre Irons y Patel es el hilo conductor de la segunda película de Matt Brown, que también participa en el guión junto a Robert Kanigel -autor del libro en el que se basa la película: The man who knew the infinity: a life of the genius Ramujan-. Las matemáticas son la excusa para enlazar, no sólo la relación de los protagonistas, sino otros temas que se tocan de forma bastante benévola como el racismo en el mundo académico, las diferencias culturales, el ego y el miedo a lo desconocido.

Que el guión dramático funcione sin empachar al espectador y resultando entretenido, es gracias a la presencia de Jeremy Irons, protagonista indiscutible una película bastante conservadora y complaciente. Cada vez que aparece en El hombre que conocía el infinito llena la pantalla, sobre todo cuando interactua con otro gran actor como es Toby Jones. Lo que no quiere decir que Patel esté mal, pero le falta maduración. Todavía carece de ese “algo” que hace que los 114 minutos sobre verborrea matemática y continuos agresiones racistas no se conviertan en una sobresaturación de melodrama. Y eso, sin duda, lo consigue Irons. Desde el momento que aparece en escena, toma las riendas y da sentido a un biopic de época que, sin él, sería olvidado.
msm
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow