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Voto de Jose Mendoza:
8
Comedia. Drama. Romance Jerry Maguire es uno de los empleados más competentes de una prestigiosa agencia dedicada a la promoción de deportistas. Su vida transcurre sin sobresaltos hasta que se da cuenta de que las personas son más importantes que el dinero. Ese día es despedido y abandonado por sus amigos. No le queda entonces más remedio que partir de cero, con un futbolista de segunda como único cliente y una madre soltera como secretaria. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jerry Maguire es una película de arrepentimiento y valentía, y de los aspectos negativos del deporte como negocio. Acomodado en la elite de su profesión, este representante de deportistas, muy bien interpretado por Tom Cruise, se da cuenta después de una serie de acontecimientos que el lugar que ocupa en el mundo no le gusta, es casi el opuesto al que quería. No se siente feliz aunque tenga dinero y prestigio, se arrepiente del camino por el que ha transcurrido su vida, y tiene la valentía suficiente para dar un paso al frente e intentar cambiarlo.

Ese mensaje de la búsqueda de la felicidad, tan habitual en el cine, se lanza a través del mundo del deporte y, en concreto, de la representación, ámbito en el que la situación en la que se encuentra Maguire está a la orden del día. Utiliza la expresión “tiburón” para referirse a esos agentes que miran a su representado como si fuera un cheque en blanco. Esos que le dicen al chico lo que quieren oír, eluden aspectos relacionados con la salud, la educación o el bienestar del deportista, en muchos casos niños que necesitan un buen consejo y no que le llenen los oídos con lo buenos que son y que la culpa de sus problemas es del entorno, para centrarse únicamente en el dinero.

“No pararé hasta que sostengas una Coca-Cola, calces tu marca, juegues a un videojuego basado en ti mientras cantas tu canción en un anuncio protagonizado por ti que se emita durante la Superbowl en un partido que estés ganando y no pienso dormir hasta que eso ocurra. Tienes 15 minutos para llamarme”, dice Maguire en una de las primeras escenas, con la que se exhiben las artimañas que usan los representantes para cumplir sus objetivos. Es la crueldad del deporte como negocio, como industria. Una crueldad que no solo se observa en la representación, sino en otros muchos aspectos relacionados, como los medios de comunicación o el maltrato al aficionado en ciertos deportes. A estos “tiburones” a los que se refiere Maguire no les importa otra cosa que el dinero. Pero no todos son así. Algunos renuncian a esa forma de entender la representación, otros cumplen ese papel porque les toca. Y él cambiará.

Ya que trabaja en una gran multinacional, Sports Management International, para dar ese giro a su vida presenta a compañeros y jefes una declaración de intenciones que escribe en una noche de iluminación y titula de forma apropiada ‘Lo que pensamos pero no decimos’. El momento en el que le ovacionan en la oficina es todo hipocresía. Le aplauden mientras hacen apuestas de cuánto tiempo tardarán en despedirle. Efectivamente, le echan, y comienza la batalla por mantener a los clientes. Todo su mundo se viene abajo, pierde a su prometida y a sus mejores representados. Solo le queda Rod Tidwell -intepretado por un delirante Cuba Gooding Jr. que se llevó el Oscar al mejor secundario-, un jugador de fútbol americano problemático y que piensa más en el dinero que en el juego. Así que empieza la aventura por su cuenta, acompañado por Dorothy Boyd (una magnífica Renée Zellweger), una compañera del SMI idealista y viuda que se enamora de él después de leer su declaración de intenciones.

UN DESARROLLO DIVERTIDO
En su búsqueda de la redención y de la felicidad sufre varios tambaleos, circunstancia lógica por el cambio radical que sufre su vida en cuestión de días. Pero el transcurso de la película está salpicado de optimismo y de muchos toques de humor protagonizados muchos por Rod Tidwell y otros tantos por el adorable hijo de Dorothy Boyd. También ponen su importante granito de arena varios secundarios que completan una notable película dirigida por Cameron Crowe.

Aderezada con temazos musicales entre los que destacan ‘Free Fallin’ de Tom Petty, ‘Secret Garden’ de Bruce Springsteen y ‘Shelter from the Storm’ de Bob Dylan, fue nominada a cinco premios Oscar (película, guión, montaje y actor principal) además del que se llevó Cuba Dooging Jr. en 1996, año poco prolífico en Hollywood. Un filme que mezcla buenos ratos de diversión y reflexión.
Jose Mendoza
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