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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
9
Acción. Drama El novelista Eric Ambler adaptó el libro del historiador Walter Lord que relata minuciosamente la primera y última travesía del Titanic, el lujoso barco de pasajeros, que se hundió en las frías aguas del Atlántico Norte en abril de 1912. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La última noche del Titanic" me ha gustado mucho. Es un film que, a partir de una detallada reconstrucción del hundimiento del famoso transatlántico, en 1912, consigue varias cosas:

- en primer lugar, un feroz retrato -y una feroz crítica- del clasismo de la sociedad británica de principios del siglo XX, un clasismo que estaba, sin duda, en muchas otras naciones del mundo más desarrollado, pero que en el Reino Unido alcanzaba unas dimensiones realmente impresionantes. El "Titanic", al albergar a ricos y pobres, a emigrantes y a multimillonarios, pasando por los estratos intermedios, era una especie de metáfora del mundo, o de la civilización humana. La película no hace sino mostrar este micromundo, con sus desigualdades y sus contradicciones. La falta de lanchas o botes, las deficiencias en las medidas de seguridad y salvamento marítimo, la falta de previsión del peligro de los "icebergs", la precariedad a la hora de ponerse en contacto con otros barcos cercanos que pudieran acoger a los pasajeros, incluso las posibles deficiencias técnicas del "Titanic", todo se unió a la hora de producirse la tragedia. Una tragedia que no fue sólo el hundimiento del barco, sino también, y sobre todo, el que muriera la mayor parte de los que iban a bordo. Especialmente, los más pobres. Porque la vergüenza del caso es que se evacuara primero a los ricos - a las mujeres ricas, con sus ricos hijos- y, después, ya no hubiera ningún medio de evacuación para los pobres.

-El espectador sabe cómo va a acabar la historia, porque es verídica, y muy conocida. Pero luego hay que poner esa historia real en imágenes, darle un ritmo, una emoción, y un suspense. En este sentido, Roy Ward Baker demuestra aquí que es un gran director, apoyado en un buen reparto, en el que no destacan mucho unos actores sobre otros, aunque Kenneth More sea el actor que cumple el papel más protagonista. Incluso las maquetas del barco, intercaladas con frecuencia, están bien hechas, y ayudan bastante a esa implacable progresión dramática, llena de cobardías y heroísmos, y, en suma, de miedo. Si algo pone de manifiesto esta última noche del "Titanic" es el hecho de sacar a la superficie lo peor, y también lo mejor, del género humano.
Pedro Triguero_Lizana
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