Para mí, es una de las mejores películas protagonizadas por Terence Hill y Bud Spencer. Producida entre Italia y España, cuenta con un reparto interesante -Donald Pleasence, Patty Shepard, Manuel de Blas- y con una maravillosa banda sonora, realmente inolvidable, a cargo de los Hermanos De Angelis, Guido y Maurizio. La música completa el tono realmente delirante de algunas escenas, como la del coche ardiendo que recorre las calles, el momento en el que Hill y Spencer entran en el club de la banda mafiosa rompiendo la puerta con un coche, la posterior pelea con el local lleno de globos, o la pelea en el gimnasio. La secuencia del coro tampoco está mal.

Marcello Fondato consigue una película con pocos diálogos, pero en la que, de este modo, las escenas de acción tienen mucha más fuerza. La secuencia de los títulos de crédito, por ejemplo, ya sirve para la presentación de los dos protagonistas, y de su obsesión por el minibólido rojo con capota amarilla. El guión estructura momentos situados a la altura de la comedia más loca, por ejemplo cuando Hill y Spencer comen salchichas y beben cerveza tan tranquilos, mientras los mafiosos destrozan el bar. Hill y Spencer se revelan aquí como dos grandísimos actores.

Es una comedia divertidísima y delirante, que merece ser considerada "de culto".