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España España · Barcelona
Voto de LaChicaB:
8
Romance. Drama Elizabeth (Norah Jones) es una joven que comienza un viaje espiritual a través de América en un intento de recomponer su vida tras una ruptura. En el camino, enmarcada entre el mágico paisaje urbano de Nueva York y las espectaculares vistas de la legendaria Ruta 66, la joven se encontrará con una serie de enigmáticos personajes que le ayudarán en su viaje. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2008
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza la película. Las letras color arándano en fondo negro anunciando el film de Wong Kar-Wai provocan de entrada un efecto seductor. Cada toma y cada encuadre nos recuerda a In the mood for love, a Happy Together, a 2046, pero esta vez en occidente. El color rojizo domina el inicio, la cámara traspasa cristales envolviendo al espectador en un viaje afectivo, cálido, estéticamente bello.

La historia es sencilla: un desamor y un encuentro, que para transformarse en amor requiere un viaje de olvido y crecimiento. Wong Kar-Wai nos cuenta la historia de ese viaje. Y ese viaje está hecho de otras historias de desamores, y de pequeños detalles. Detalles físicos y detalles etéreos.

El viaje está hecho de postales que ayudan a no olvidar, de llaves que se guardan para no cerrar puertas que alguna vez pueden abrirse, de trenes que van hacia algún sitio y de un pastel de arándanos que queda intacto al final del día, y sin embargo se sigue haciendo. Todo eso en la impresionante forma estética de Wong Kar-Wai, de imagen granulada, de (sobre)encuadres que valoran la profundidad, de reflejos, vitrinas y neones. Por otro lado, la preciosa técnica de la imagen ralentizada nos ayuda a captar mejor ciertos momentos sublimes, la banda sonora del cadencioso Ray Cooder nos acompaña de nostalgia y el guiño musical de una versión del tema principal de in the mood for love nos regala el sentirnos parte.

Pero a veces -por milésimas de segundo- resulta demasiado. Un demasiado que se intuye bastante claro. Demasiados trenes, demasiados cristales traspasados, demasiada gente guapa, demasiados encuadres perfectos… demasiado helado bien puesto en los labios de Nora. Un pick estético que a partir de aquí puede comenzar a agotarse.

Y otro demasiado. La película deja entrever una cierta ansiedad por hacer cine en hollywood, aprovechando tópicos, atrezo y escenografía del “estados unidos profundo”. En oriente pueden ser novedad, pero aquí, un poco cansados del cine estadounidense, tienen el peligro de volverse reiterativos y restar la frescura demostrada de una puesta en escena en oriente. Un casino, un jaguar, un viaje por el desierto… no olvidemos que la road movie fue inventada allí.

Con lenguaje, temática y puesta en escena "de occidente", su virtuosa combinación estética se vuelve, a ratos, un poco insistente, un poco menos novedosa, un poco más dulce de la cuenta.
LaChicaB
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