Tal vez no sea muy objetivo pero esta película me parece soberbia, con toques Bergmanianos, y con unos actores que a mí me parecen que tal la talla sobradamente, aunque siempre escucho de los actores asiáticos críticas por su falta de expresividad, este no creo que sea un caso de ellos ya que el protagonista no dice una sola palabra y la actriz dos palabras.. Con una potencia visual deslumbrante y sin apenas diálogos, con algún toque de humor, ciertosdetalles sobre la cultura coreana y a través de miradas y una dirección buenísima nos cuentan esta historia dura, angustiosa por momentos, pero sin manipulación, con mucha elegancia; donde nos enseña lo que soportan algunas personas, y lo que son capaces de hacer otras, y que a veces es mejor estar con quien quieres sin acatar lo estipulado, que buscar la felicidad suprema, el mundo no es pefecto. Un bonito cuento contado a modo de tributo al cine mudo. A veces no es necesario decir o contar las cosas, las palabras no son necesarias en estos casos.
Recomendadísima por mi parte.