Todo esto durante los primeros minutos de metraje, a modo de presentación de los hechos que dieron lugar a la escena que abre el film (de hecho tras ese minuto inicial, toda la trama se presenta a modo de flashback hasta enlazarlo de nuevo en un seco y violento final ); a partir de aquí, con estos ingredientes de canónico western, el fiable artesano Joseph H. Lewis adaptando una obra escrita por Dalton Trumbo (en colaboración con Ben Perry), sin abandonar esa mano maestra a la hora de lidiar con buenas series B, pone en marcha un muy interesante western "de auteur", en el que desde unos magníficos encuadres y fotografía, hasta una banda sonora outsider que aunque en principio sorprende acaba revelándose como muy acertada con la idiosincrasia del film, pasando por unos excelentes trabajos, tanto de ese pedazo de actor llamado Sterling Hayden (una de mis debilidades y junto al sonoro titulo de la cinta, la causa de haberla visto), interpretando a ese sueco doliente cuyo mayor y mejor arma es una determinación a prueba de bombas (si, también sabe cómo manejar un arpón ballenero),como de Nedrick Youngy dando vida a un pistolero con muchos pliegues que se nos muestra bastante más cercano y veraz en su filosofía que lo acostumbrado en el género (sus daltonianas – por Dalton Trumbo - reflexiones sobre la ausencia de miedo que ve por primera vez en un hombre que sabe que va a ser asesinado por él, son a mi juicio lo mejor de la película) y un más que digno trabajo del resto del casting (especialmente Victor Millan como el mejicano cuya bonhomía le hace tener todas las papeletas para acabar de mala manera, salpicando en la VO sus frases con un castellano de academia), dan como resultado una buena, entretenida, y muy interesante función, en la que la dirección de Joseph H. Lewis es la clave para que con unos mimbres mil veces vistos (y en bastantes casos disfrutados) se merezca tal calificación.

En resumen, interesante western cuya mayor virtud, aparte de las anteriormente reseñadas, es la excelente descripción de personajes y motivaciones durante sus 80 minutos de metraje, al que sienta hasta bien lo que pueda tener de abrupto su final.