No he leído el libro que adapta, por lo que no puedo opinar de la mayor o menor fidelidad al mismo; a mi juicio estamos ante una entretenida película romántica con viajes en el tiempo de por medio, pelín desconcertante en su primera mitad de metraje en cuanto a una trama que empieza a pecar de redundante y te hace temer lo peor, pero de modo prácticamente imperceptible, lo que no te acababa de convencer ni en su desarrollo dramático, ni en lo convincente de cómo se nos muestran las idas y venidas de Eric Bana viajando en el tiempo, te va atrapando y justo en ese momento cuando dejas de cuestionarte y tratar de encontrar una lógica o patrón a dichos viajes, la cosa comienza a encajar y te encuentras entregado y hasta diría disfrutando con esta historia de amor intemporal baqueteada por la singularidad del viajero, y elevada a sublime al entrar en escena emotivos elementos paterno filiales, ese siempre resultón y ensoñador toque con la lotería primitiva de por medio (ya era hora que en este subgénero de romances con viajes en el tiempo, al protagonista se le ocurriera la feliz idea de rellenar una primitiva ganadora), y un buen desenlace alejado de excesivo pasteleo.

Dignamente dirigida por Robert Schwentke ("Plan de vuelo, desaparecida 2005"), con Brad Pitt como uno de los productores ejecutivos (por aquí quizá se pueda explicar el aroma a "El curioso caso de Benjamín Button 2008" que impregna la trama), la pareja Rachel McAdams/ Eric Bana desprendiendo una de las mas seductoras químicas que recuerdo haber visto últimamente, un buen trabajo del resto del casting, buena fotografía y banda sonora, y un guión y desarrollo de la trama que logra no caer en el ridículo que a la que te descuides puede suceder en este tipo de historias (sobre todo si como es el caso de esta que nos ocupa no se trata de una comedia), estamos (a mi juicio) ante una buena película que al acabar te deja con una emotiva sonrisa en la cara.