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Voto de mnemea:
7
7.4
49,801
Drama. Romance
Año 1851. Ada, que es muda desde niña, acaba de enviudar. Un matrimonio concertado la obliga a dejar su Escocia natal y viajar a Nueva Zelanda, acompañada de su hija y de su piano. Allí conoce a su futuro marido, un próspero granjero que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento será rescatado por un vecino que establece un extraño pacto con Ada: él la dejará usar su piano a cambio de que ella se deje tocar. (FILMAFFINITY) [+]
16 de febrero de 2009
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El sonido entra por los ojos, lo mismo que las imágenes se me atragantan, llueve sobre el mar, todo se empapa, yo no lloro, es peor la sensación, es angustia lo que queda.
Una imagen que encuadra un piano, protegido con más madera, en una playa desierta, vacía, austera… un sonido, que te indica que las leyes de la física poco importan, la humedad no va a estropear el momento, ese será el bello recuerdo.
Una mujer que en vez de palabras tiene carácter y dedos. Una niña libre, que habla por todos, la incomprensión de la inocencia y la crueldad de la sinceridad.
Un hombre sin futuro, sin control, queriendo ser ambicioso sin conocer el significado de la palabra.
Unos ojos furtivos, unidos a un hombre solo, la soledad no implica no saber apreciar lo espectacular que se presenta frente a esos ojos.
Es todo sucio, cruel, vulgar, pasional, es todo triste y gris. Nunca algo tan verde me pareció tan gris, perdí la noción del color cuando sonaron las primeras notas, los matices se disolvieron, mis defensas bajaron la guardia y ya no supe distinguir la belleza.
Sólo miré la música, intenté digerir las imágenes y esperé paciente a que todo terminara para dar mi veredicto.
Una imagen que encuadra un piano, protegido con más madera, en una playa desierta, vacía, austera… un sonido, que te indica que las leyes de la física poco importan, la humedad no va a estropear el momento, ese será el bello recuerdo.
Una mujer que en vez de palabras tiene carácter y dedos. Una niña libre, que habla por todos, la incomprensión de la inocencia y la crueldad de la sinceridad.
Un hombre sin futuro, sin control, queriendo ser ambicioso sin conocer el significado de la palabra.
Unos ojos furtivos, unidos a un hombre solo, la soledad no implica no saber apreciar lo espectacular que se presenta frente a esos ojos.
Es todo sucio, cruel, vulgar, pasional, es todo triste y gris. Nunca algo tan verde me pareció tan gris, perdí la noción del color cuando sonaron las primeras notas, los matices se disolvieron, mis defensas bajaron la guardia y ya no supe distinguir la belleza.
Sólo miré la música, intenté digerir las imágenes y esperé paciente a que todo terminara para dar mi veredicto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Sólo puedo ser injusta contigo, he desmontado las piezas para ver qué hay dentro, y esto es lo que he encontrado:
Te tratan de puta, y quieres estar por encima de la situación, engañada, maltratada, pero sabiendo que sólo tú dominas lo que ocurre, tú eres quien castiga, quien elige dentro de las posibilidades…
Pero un día te dicen que no sirves como puta, que tienes que aprender a ser señora, y ves la soledad mirándote de frente, y entiendes que fuiste puta para que te amaran, y ya no existen los ojos del deseo, el tacto de la brutalidad, el sonido de la desesperación.
Porque a base de silencios, miradas furtivas, notas musicales, tuviste la oportunidad de ver esa parte de la vida que el mundo te había negado…
Esos ojos que han llorado de rabia, esas lágrimas dolorosas, tú buscaste las lágrimas, deseaste provocar dolor, y el dolor te acompañará desde ese momento…
Porque amarás y eso provoca dolor, el mismo que deseaste al prójimo.
Nadie te tuvo que decir, calla puta, la música será el pago, no existen condiciones… tú lo aceptaste al amar al piano, esas eran tus palabras, y alguien te observó mientras hablabas acariciando esas teclas y entendió cómo acercarte, sólo tenía que dejarte hablar…
Y te han permitido que al final seas feliz, sólo porque no existes, porque no sabes amar, no sabes qué es ser puta, no sabes dominar lo que te rodea…
Simplemente alguien quiso contar la historia de algo que nunca sucedió.
Así que aceptarás mi injusticia,
dejando al descubierto tu inexistencia.
Te tratan de puta, y quieres estar por encima de la situación, engañada, maltratada, pero sabiendo que sólo tú dominas lo que ocurre, tú eres quien castiga, quien elige dentro de las posibilidades…
Pero un día te dicen que no sirves como puta, que tienes que aprender a ser señora, y ves la soledad mirándote de frente, y entiendes que fuiste puta para que te amaran, y ya no existen los ojos del deseo, el tacto de la brutalidad, el sonido de la desesperación.
Porque a base de silencios, miradas furtivas, notas musicales, tuviste la oportunidad de ver esa parte de la vida que el mundo te había negado…
Esos ojos que han llorado de rabia, esas lágrimas dolorosas, tú buscaste las lágrimas, deseaste provocar dolor, y el dolor te acompañará desde ese momento…
Porque amarás y eso provoca dolor, el mismo que deseaste al prójimo.
Nadie te tuvo que decir, calla puta, la música será el pago, no existen condiciones… tú lo aceptaste al amar al piano, esas eran tus palabras, y alguien te observó mientras hablabas acariciando esas teclas y entendió cómo acercarte, sólo tenía que dejarte hablar…
Y te han permitido que al final seas feliz, sólo porque no existes, porque no sabes amar, no sabes qué es ser puta, no sabes dominar lo que te rodea…
Simplemente alguien quiso contar la historia de algo que nunca sucedió.
Así que aceptarás mi injusticia,
dejando al descubierto tu inexistencia.