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Voto de mnemea:
9
7.6
9,131
Western. Drama
William Bonney era conocido por todos como "Billy el Niño". Estando encarcelado en Lincoln, después de ser condenado a morir en la horca, llega a sus manos un colt 44, con el que intimida a los guardianes y consigue huir a México. El sheriff Pat Garrett, que en otros tiempos cabalgó junto a él, será el encargado de darle caza. (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2009
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Señor, ¿cuánto me da por este caballo?
- Cuatro de sus gallinas decapitadas
- ¿Y cuál es el precio de su honor?
- Eso sólo depende de cuantos disparos necesite para matarle por la espalda y quedarme con el caballo y las gallinas.
(bang, bang)
Nunca antes tuve intención de quedarme quieta ante el tiroteo previsto en el género más enraizado del cine. No era miedo ni prejuicios, me faltaba encontrar al hombre más rápido del lugar, uno que reuniera el valor suficiente para mostrarme una escena, cruce de balas en el que destaca un hombre de negro, con sombrero posicionado y disparo certero, una mujer arrebatada y fuerte en su posición, un bando que va a caer en esta batalla, y una canción de Bob Dylan de acordes suaves y de sobra conocidos, en un atardecer plagado de perdedores y de dignidad.
Fue el inicio de un despertar, ya que este detalle requería una especial atención, un día clave en el que decidí que Pat como nuevo sheriff y Billy como bandido fugado cabalgarían de nuevo para mí y me descubrirían lo irreconocible de este mundo a estrenar, camino de México.
Dos hombres sólidos, viejos conocidos, luz y sombra del lugar, con el alma vendida hace ya tiempo, pero con destinos que se bifurcar en el hoy, cuando uno se convierte en el centro de atención y el otro en la eterna búsqueda de un deber que cumplir, como obligación, no como deseo.
Coraje seco, arenoso, la vida pendiente siempre de un mismo hilo, muchos caen en este silencioso juego de adultos fugados y encontrados.
Ambos tienen un pulso aguerrido y saben que sólo se deben fidelidad a ellos mismos, aunque el ambiente en el que triunfan o pierden será siempre el de líderes solitarios que tienen una historia bien amarrada que no piensan compartir. Subsistir es una virtud, pero en todo día de caza hay una presa, y alguien debe quedarse con el trofeo.
Así, un hombre se colocará bien el sombrero, el cálido viento azotará su rostro mientras desmonte al caballo y veremos las espuelas en sus botas, el brillante metal de su pistola, la tierra que se adhiere en su ropa hasta llegar de nuevo a esa mueca superior que se mantiene en su aspecto al alzar de nuevo la cabeza. Este es el hombre de honor corrupto que se llevará a su propia tumba todo lo vivido entre duelos, mujeres, alcohol y balas, el que nos enseña que perdedores son todos y que el alivio está muy próximo.
Cuando una película te sorprende quedando tanto por descubrir, permanece en nuestra memoria viva como algún tipo de tesoro. Esta vez es uno robado, lejos de lo casual, pero fue una conquista cuando llegó su final, regio y vibrante como pocos, el momento en el que comprendí que no hay nada escrito que exprese lo que supone un nuevo hallazgo inesperado. Quizás tenga suerte, y vengan muchos más.
- Cuatro de sus gallinas decapitadas
- ¿Y cuál es el precio de su honor?
- Eso sólo depende de cuantos disparos necesite para matarle por la espalda y quedarme con el caballo y las gallinas.
(bang, bang)
Nunca antes tuve intención de quedarme quieta ante el tiroteo previsto en el género más enraizado del cine. No era miedo ni prejuicios, me faltaba encontrar al hombre más rápido del lugar, uno que reuniera el valor suficiente para mostrarme una escena, cruce de balas en el que destaca un hombre de negro, con sombrero posicionado y disparo certero, una mujer arrebatada y fuerte en su posición, un bando que va a caer en esta batalla, y una canción de Bob Dylan de acordes suaves y de sobra conocidos, en un atardecer plagado de perdedores y de dignidad.
Fue el inicio de un despertar, ya que este detalle requería una especial atención, un día clave en el que decidí que Pat como nuevo sheriff y Billy como bandido fugado cabalgarían de nuevo para mí y me descubrirían lo irreconocible de este mundo a estrenar, camino de México.
Dos hombres sólidos, viejos conocidos, luz y sombra del lugar, con el alma vendida hace ya tiempo, pero con destinos que se bifurcar en el hoy, cuando uno se convierte en el centro de atención y el otro en la eterna búsqueda de un deber que cumplir, como obligación, no como deseo.
Coraje seco, arenoso, la vida pendiente siempre de un mismo hilo, muchos caen en este silencioso juego de adultos fugados y encontrados.
Ambos tienen un pulso aguerrido y saben que sólo se deben fidelidad a ellos mismos, aunque el ambiente en el que triunfan o pierden será siempre el de líderes solitarios que tienen una historia bien amarrada que no piensan compartir. Subsistir es una virtud, pero en todo día de caza hay una presa, y alguien debe quedarse con el trofeo.
Así, un hombre se colocará bien el sombrero, el cálido viento azotará su rostro mientras desmonte al caballo y veremos las espuelas en sus botas, el brillante metal de su pistola, la tierra que se adhiere en su ropa hasta llegar de nuevo a esa mueca superior que se mantiene en su aspecto al alzar de nuevo la cabeza. Este es el hombre de honor corrupto que se llevará a su propia tumba todo lo vivido entre duelos, mujeres, alcohol y balas, el que nos enseña que perdedores son todos y que el alivio está muy próximo.
Cuando una película te sorprende quedando tanto por descubrir, permanece en nuestra memoria viva como algún tipo de tesoro. Esta vez es uno robado, lejos de lo casual, pero fue una conquista cuando llegó su final, regio y vibrante como pocos, el momento en el que comprendí que no hay nada escrito que exprese lo que supone un nuevo hallazgo inesperado. Quizás tenga suerte, y vengan muchos más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Porque toda película tiene su inolvidable escena y aunque encontré destacables momentos, fue el encuentro final entre sheriff y bandido el que me impactó sobremanera. Pat espera, Billy entra ignorante por la puerta, un espejo les pone en un mismo plano, Pat dispara a su enemigo más íntimo una vez, y luego asesina su reflejo en el espejo. No permite que Billy, la presa cazada, se convierta en trofeo y permanece cerca hasta el amanecer.
Ambos muertos quedan ya, un mismo revolver ha terminado con sus vidas, ¿qué queda de la sombra cuando la luz al fin se apagó?
Ambos muertos quedan ya, un mismo revolver ha terminado con sus vidas, ¿qué queda de la sombra cuando la luz al fin se apagó?