Desde mi punto de vista 2009 ha sido un año formidable de cine hispano. La película de Fernando Trueba es más que digna, se deja ver y sobre todo saborear como un caramelo de miel, puede parecer empalagoso pero al final te deja buen sabor y la garganta suave. Ha sido criticada por un exceso de densidad emocional y por narrar una historia poco creíble. Efectivamente la historia lo es, pero tampoco me imagino a una abeja haciendo un caramelo, así que cierren los ojos, preparen su boca, abran los oídos y disfruten de la Victoria. Lo peor de esta película es haber tenido que competir con Celda 211, Ágora y El Secreto de Sus Ojos. Cualquier otro año podría haber ganado, pero este no fue la mejor. Ricardo Darín una vez más, entrañable. Y ojo con Abel Ayala, por encima del notable.