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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
9
Drama Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
23 de julio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El film narra las aventuras y desventuras de Redmon Barry (Ryan O'Neal), un joven irlandés por la Europa del siglo XVIII. El itinerario será un camino en el que aprenderá duras lecciones en sus carnes, desde ser asaltado por unos ladrones, a ser reclutado para luchar en la guerra, para luego desertar, conseguir el amor de una noble, etc. Un amargo y duro camino que le sirve al joven e ingénuo Barry para aprender lecciones en sus propias carnes en su intento por alcanzar un título de nobleza. Todo ello contado por un narrador omniscente, que no sólo se limita a darnos algunas explicaciones extras con un punto de ironía y cinismo, sino que incluso se permite el avanzarnos acontecimientos. De esta forma, no sólo consigue distanciar al espectador sobre los hechos que cuenta, sino que además acentúa el fatalismo que rezuma todo el relato.
Fiel a su perfeccionismo, Kubrik recrea de una forma muy especial la Europa de la época, con una minuciosidad ejemplar. Pocos detalles escaparon al realizador y su equipo, ni del atrezzo. La fuente de inspiración de la época fue el estilo pictórico neoclásico, representado por artistas como Gainsborough y John Constable. El resultado de todo ello son unas imágenes que son prácticamente cuadros en movimiento. Todo ello rodado con un ritmo lento y pausado (acompañado de una banda sonora que mezcla diversos autores de música clásica) excepto algunas secuencias bélicas, en las que el montaje es más frenético, y mirando a sus personajes con cierta distancia, para integrarlos en el paisaje, y acercándose a ellos mediante el empleo de zoom.

Esta puesta en escena le sirve al realizador para reflejar una sociedad que se le antoja estática, cruel y tremendamente hipócrita. De esta mirada nada contemplativa tampoco escapa su protagonista, pese a su candidez e idealismos iniciales, Kubrik le retrata como una persona bajo cuya apariencia angelical se esconde un cínico arribista dispuesto a todo para conseguir alcanzar su meta. Bien es cierto que ese caracter se perfila poco a poco, a medida que toma contacto con el mundo que le rodea, y las experiencias que vive en primera persona serán determinantes. En este sentido, otro mérito del realizador es el de presentarnos a un personaje del que podemos llegar a sentir desde compasión hasta rechazo a lo largo de las más de dos horas que dura el periplo que nos narra Kubrik y que tiene una forma circular, y cuyas andanzas, salvando las distancias, tienen paralelismos con el Cándido de Voltaire, aunque con mucha ironía y fatalismo. El itinerario de Redmon Barry es un camino de sinsabores, de breves éxitos y sonoros fracasos, que el realizador se esfuerza en presentarlo como a un hijo de su tiempo.
Pese a ser uno de los films menos conocidos en la filmografía de Kubrik, también uno de los pocos fracasos de taquilla, es aquí donde, sin ningún tipo de cortapisas, el británico consigue expresar completamente su técnica y virtuosismo.
manulynk
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