Las historias de superación personal que acostumbran a rellenar pequeños rincones en los periódicos en el apartado de hechos insólitos y similares, o bien aparecen con ciertas licencias literarias en la conocida revista "Reader's Digest", suelen ser terreno abonado para la gran patalla puesto que son historias del gusto del gran público. Por ello, la gesta de Burt Munro, que con más de 60 años se decidió a trasladarse desde su Nueva Zelanda natal hasta Boneville con una antigua moto retocada por él mismo para batir un record de velocidad, sólo necesitaba que fuera leida por la persona adecuada para que acabara convirtiendose en un film.

Dirigido por Roger Donaldson, el film cuenta con el gran aliciente de la presencia de un más que solvente Anthony Hopkins encarnando a Munro. En realidad todo el film gira alredededor de su figura, comenzando el mismo justo poco antes de empezar su periplo a finales de los años 60, sin que apenas tengamos gran información de su vida anterior, limitándose a presentarnos al personaje con un caracter especial, afable ensalzando esos aspectos que más del agrado de un público bastante amplio. Con un formato claramente televisivo, el film sigue los pasos de Munro en su larguísimo viaje hasta Boneville, un lugar especial de la geografía de los Estados Unidos donde por sus condiciones se pueden alcanzar las más altas velocidades.

En su camino, irá conociendo a diversas personas y tendrá que ir superando algún que otro contratiempo. La realización del film es excesivamente plana, no hay apenas profundidad en los planteamientos, y se utilizan las referencias temporales justas para situar la época. Realmente parece que el guión lo ha realizado el mismo redactor del artículo del Digest, y aunque agradable de ver, sobretodo gracias a la presencia de Anthony Hopkins, con el que pasamos un rato entretenido pero poco más. De todas formas, el film tampoco cumple lo que no promete, siendo sus planteamientos tan modestos como sus resultados.