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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
8
Comedia. Drama Marcel Marx, famoso escritor bohemio, se ha exiliado voluntariamente y se ha establecido en la ciudad portuaria de Le Havre (Francia), donde vive satisfecho trabajando como limpiabotas, porque así se siente más cerca de la gente. Tras renunciar a sus ambiciones literarias, su vida se desarrolla sin sobresaltos entre el bar de la esquina, su trabajo y su mujer Arletty; pero, cuando se cruza en su camino un niño negro inmigrante, tendrá ... [+]
2 de marzo de 2013
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Al realizador finlandés Aki Kaurismaki parece que se siente cómodo navegando contra corriente. En plena recesión mundial nos plantea una historia que destila optimismo por sus cuatro costados.Y lo hace desde unos planteamientos bien sencillos.

El protagonista de la historia es Marcel Marx (André Wilms), un escritor reconvertido en limpiabotas, el cual justo cuando su humilde mundo se tambalea con la enfermedad de su mujer Arletty (Kati Outinen), se tropieza con Idrissa (Blondín Miguel) un joven inmigrante ilegal al que intenta ayudar a llegar a Londres donde tiene familia. Kaurismaki se mueve en un mundo aparte, el cual parece haberse quedado parado en el tiempo varias décadas atrás, donde sus habitantes viven en casitas unifamiliares, la figura del tendero no ha desaparacido engullido por las grandes superficies y los bares tienen ese ambiente a "humanidad" que han perdido los actuales locales de diseño. Incluso todavía se puede fumar.

Es curioso como pese a ese ejercicio voluntariamente "retro", el realizador nos plantee un tema tan actual como es el de la inmigración. Y no desentona en absoluto. Quizás, Kaurismaki apele a cierto espíritu "retro" en el que la gente se ayudaba más entre sí que no en estos tiempos individalistas que vivimos. Alrededor de Marcel, se conjuran un grupo de humildes y anónimos ciudadanos (tanto como lo es el propio Marcel) para ayudar al joven inmigrante. Precisamente los más desfavorecidos y pobres, son los que se ayudan entre sí.

Pero tampoco parece ser voluntad del director, el de ofrecernos un relato social de aire reivindicativo a lo Ken Loach por poner un ejemplo representativo). Da la impresión que es algo más bien incidental, ocasional, pero no deja de estar. Al no tener esa voluntad reivindicativa, Kaurismaki se siente libre de ir destilando a través de sus imágenes diversos matices que no sólo tienen que ver con el aspecto social, y mucho más con el humano. Porque a pesar de cierta sensación de irrealidad, de cuento o de fábula, lo que transpira el film es humanidad. Y eso lo consigue con una puesta en escena casi pictórica en el que los personajes muestran un acusado hieratismo ante la cámara y la presencia de colores vivos, lo que refuerza esa impresión pictórica mencionada.

El film puede verse como una fábula quizás excesivamente optimista (todos sabemos lo que hubiera pasado en la vida real), una historia de solidaridad que nos acaba conmoviendo que, sin pretender ser didáctica, también es capaz de agitar la conciencia del espectador, con un retrato quizás antiguo, de un microcosmos muy particular, pero con unos personajes vivos y entrañables.
manulynk
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