El director Taylor Hackford intentó en este film una curiosa mezcla entre cine judicial, “thriller” y cine de terror. El argumento se centra en el personaje de Kevin Lomax (Keanu Reeves), un joven abogado ambicioso que consigue cierto renombre a base de ganar varios casos seguidos.

Esto llama la atención de una firma de letrados neoyorquina, dirigida por un tipo curioso, John Milton (Al Pacino). La oferta que éste le hace a Lomax es imposible de rechazar, por lo que el joven abogado se traslada a Manhattan junto a su esposa, Mary Ann (Charlize Theron. Ya en la gran ciudad, Lomax dedica todo su tiempo al trabajo, dejando a un lado su relación con Mary Ann. La cual lleva bastante mal la adaptación a su nueva vida, agravada por una serie de visiones.

El director nos ofrece un film elegante, con una buena puesta en escena, y con ciertos tintes satíricos en lo que respecta al personaje que interpreta Al Pacino, el verdadero protagonista del film. Todo el film gira alrededor de su figura y su histriónica interpretación. El film se deja ver pero la mezcla de géneros y el excesivo final junto con un innecesario epílogo acaban jugando en contra del film, a pesar de los buenos aciertos de guión y de frases célebres que recita Al Pacino. Pero no es suficiente.