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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
8
Drama Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, ... [+]
21 de abril de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta este film, el realizador Steven Spielberg era considerado un director comercial orientado al público joven. Por ello, el hecho de saber que estaba implicado en una producción que hablaba del genocidio nazi, dio pie a un cierto escepticismo sobre como se iba a tratar el tema en manos de un director con semejantes antecedentes. Sin embargo, Spielberg sorprendió a todos en apenas unos segundos. Primero con la fotografía en blanco y negro, con la que Spielberg intenta dar mayor fidelidad a lo que era una historia real. Segundo porque el protagonista no era un judio, sino un alemán, Oskar Schindler, un fabricante que se aprovechó de sus buenas relaciones, influencias y sobornos para tirar adelante una fábrica con mano de obra judia.
De hecho, el film, en sus líneas básicas viene a explicarnos la evolución de Schindler (Liam Neesom) que pasa por aparecer como un advenedizo que se aprovecha de la situación para conseguir unos grandes beneficios, aunque sea a costa de seres humanos. Sin embargo, a medida que avanza el film, su posición frívila irá cambiando paulatinamente, hasta llegar a intentar salvar a cuantos judios pueda cuando las cosas se ponen realmente mal para ellos. El de Oskar Schindler es uno de los personajes más ambiguos con que ha tratado Spielberg, acostumbrado a tirar de estereotipos y maniqueismos para retratar a sus personajes, y hay que decir que sale bastante bien parado, no sólo por la evolución demostrada a lo largo del film sino también como contraposición al personaje del oficial alemán Amon Goeth (Ralph Fiennes), cuya brutalidad no se mueve ni un centímetro en todo el larguísimo metraje.
Goeth viene a representar el típico estereotipo de oficial nazi, y Spielberg lo retrata en toda su crudeza y brutalidad de forma totalmente explícita. Por su parte la postura de Schindler se va insinuando de forma implícita, como si fueran dos caras de una misma moneda (alemana). De todas formas no habría que olvidarse de Ben Kingsley, Caroline Godall o Jonathan Sagalle, a pesar que su presencia es bastante menor, esforzándose el director en mostrar la parte de los judios como una masa anónima, si apenas rostro.
El film es voluntariamente triste, oscuro, por más que no acabe de cerrar la puerta a la esperanza, aún en las peores situaciones, y pese a sus casi 4 horas de duración se sigue con interés, no en vano Spielberg aprendió imitando a los grandes maestros del cine, y tras varias películas pocos realizadores son capaces de activar los resortes de los sentimientos humanos como Spielberg. Ayudado por la excelente banda sonora de John Williams, el film es ciertamente conmovedor, con alguna que otra concesión hacia el lado más sentimentalista. Spielberg realiza una película de indudable calidad, en la que además consigue anticipar el afan revisionista de nuestros tiempos, presentándonos a un alemán "bueno", apartándose, aunque sólo sea un poco, de la línea excesivamente maniqueista que no pasaba del esquematismo.
manulynk
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