Nueva entrega de uno de los héroes de la factoría Marvel que desde hace unos años trata de sacar todo el partido posible a la era digital. De forma dosificada, los responsables de la compañía van alternando sus figuras. Así, tras la tercera parte de Iron Man y la segunda de Thor y antes de la segunda parte de la saga de los Vengadores, nos llega la continuación de las aventuras en solitario de Steve Rogers (Chris Evans), ya ambientada en nuestros días.

De hecho, una de las principales novedades de este film dirigido por los hermanos Anthony y Joe Russo es el abandono del tono retro de la primera parte dirigida por Joe Johnston, ambientado en la segunda guerra mundial, para llevar al personaje al siglo XXI. La trama asume, no sólo el origen del Capitan América sino también los sucesos ocurridos en "Los Vengadores", reforzado por la presencia del jefe de Shield, Nick Furia (Samuel L. Jackson) y acompañado por la conocida como la Viuda Negra (Scarlett Johanson), quienes dan una continuidad argumental de forma natural.

El esqueleto argumental del film tiene mucho que ver con un "thriller" de espionaje al que se le añaden diversas "set pieces" de pura acción que culminan con la traca final. La presencia del personaje interpretado por Robert Redford sirve a los guionistas para introducir de lleno al espectador en la ya clásica diatriba sobre la seguridad nacional (la de los USA, se entiende), la lucha contra el terrorismo, la presencia del enemigo interno, las fugas de información por vías digitales, etc. En este sentido los guionistas aciertan al colocar al personaje en medio de una situación que es conocida por todos, evitando la distancia que pueda ocasionar el derivar la historia hacia el mundo particular del Steve Rodgers de los cómics, de la que sólo son conocedores los fans del personaje.

Al margen que en ocasiones parezca más bien un film político que no un film de acción, también hay que agradecer a los responsables del film cierta voluntad "artesanal", en especial en la secuencia de la persecución, que nos recuerda (salvando las distancias) a otras persecuciones de los años 70. Tampoco hay que exagerar y teniendo en cuenta que el "target" es un público mayoritariamente joven, la trama está debidamente aligerada y condensada en algunas pinceladas reconocibles, y aunque se intenta no abusar, al final acaba dominando la "acción CGI", eso sí también bastante contenida.

Los responsables del film nos ofrecen una nueva aventura circunscrita en el Universo Marvel, que contiene las dosis suficientes para entretener y hacer más llevadera la espera de la próxima llegada de "Los Vengadores". A nivel comercial, Marvel ha sabido trasladar a la gran pantalla casi a la perfección sus aventuras por entregas que tan bien han sabido vender en los quioscos, espaciando las apariciones de sus personajes, y generando espectativas en pequeñas piezas insertadas en los títulos de crédito.