El film tiene su base en un un argumento bien sencillo, el viaje de un grupo de personas, en una diligencia que atraviesa inospitos parajes del oeste más salvaje, y las diversas aventuras que tienen que superar. A partir de aquí, Ford, y su guionista, Dudley Nichols construye un relato de un viaje, que reune de forma azarosa a ocho personajes, Buck (Andy Devine), un conductor de diligencias, Dallas (Claire Trevord), una prostituta de buen corazón, el Doctor Boone (Thomas Mitchell), un médico borrachín, Martfield (John Carradine), un caballero del Sur reconvertido a jugador profesional, Mrs. Mallory (Louise Platt), la esposa embarazada de un militar, Mr. Peacock (Donald Meck), un asustadizo vendedor de bebidas, que pasa a ser protegido por Boone; Gatewood (Berton Churchill), un avispado director de banco que aprovechándose de la circunstancia que han escapado unos indios de la reserva ha vaciado la caja del Banco en su provecho, Conley Wilcox (George Brancroft), el sheriff encargado de la captura de Ringo Kidd (John Wayne), un prófugo sediento de venganza. De hecho, alguno de los ocho personajes que viajan en dicha diligencia, más los indios y la caballería forman parte en mayor o en menor medida del paisaje de la gran mayoría de los westerns.

El director no oculta que lo que nos muestra son arquetipos representativos de la sociedad, atrapados en un espacio reducido y sometidos a diversas pruebas durante su largo viaje por unas tierras inhóspitas, llenas de peligros (y de indios). Claro que en dicha representatividad, encontramos a pocos personajes "limpios" (tenemos a un prófugo, una prostituta, un jugador, un borracho, un ladrón). Ford se sirve de actores poco conocidos (Wayne no pasaba de ser un secundario con buena planta cuando filmó está película), para construir a los personajes, lo que refuerza la impresión que Ford trabaja con estereotipos.

Si bien, el film es considerado como un film de acción, también es cierto que la mayor parte de las escenas tienen lugar en el claustrofóbico espacio de la diligencia, en cuyo interior transcurre la mayor parte del metraje. Pero los chispeantes diálogos, la interactuación entre los diferentes personajes y la excelente planificación hace que apenas lo percibamos. La experiencia del viaje es vista como una especie de catarsis colectiva, de la que todos sacarán algún provecho. Ninguno volverá a ser el mismo cuando finalmente la diligencia llega a su destino.

Ford consigue convertir este film en un film emblemático dentro del género del western. Y es que se trata de un film en el que no sólo encontramos personajes que formarán parte de muchos otros westerns, sino que las mismas situaciones se repetirán de una u otra forma. Y es que sólo en este film aparece prácticamente el catálogo completo. Sin lugar a dudar se trata de un film que marcó un antes y un después en el western.