No sabía yo lo que hacía cuando decidí comprar La carretera, confieso que al hilo de la película, entonces en post-producción. Acababa de comprar un libro que me iba a marcar de por vida (creo y espero). Porque la novela de Cormac McCarthy no sólo es una obra maestra en cuanto a su estilo, aparentemente frío pero emocionante como el que más, y la pericia narrativa del autor. Es simplemente, un viaje, pero no el físico que llevan a acbo el padre y el hijo que la protagonizan. No, lo que se nos propone es un descenso a los infiernos del alma humana: de la ajena (los personajes del libro) y, sorprendentemente, de la propia. No sólo se trata de que McCarthy te hace uno con el padre y el hijo, sino también de que inconscientemente hace que te preguntes constantemente qué harías tú en la misma situación. Si serías como el hombre, tomarías la decisión de la madre del chico y esposa del anterior, o quizás te convertirías en caníbal por el deseo desesperado de sobrevivir a cualquier precio.
La película de John Hillcoat se hace también todas estas preguntas, y lo hace convirtiéndose probablemente en la mejor película del año. Que Joe Penhall no esté nominado al Oscar por su guión es criminal, pues su adaptación de un libro tan complejo y difícil es impecable. Magistral es también la fotografía de Javier Aguirresarobe, que mano a mano con Hillcoat, ha creado el mundo gris y pesadillesco de McCarthy, un mundo sin color, sin esperanza, sin vida. Y en el centro de la odisea, el amor de un padre y un hijo, y la maravillosa interpretación de un Viggo Mortensen en el papel de su vida (atención a cómo habla, murmurando sólo las palabras, y diciendo todo lo demás con los ojos y el cuerpo) y un Kodi Smit-McPhee que emociona. Charlize Theron y Robert Duvall no se quedan atrás, y la actriz especialmente está soberbia, en un papel agradecidamente extendido respecto de la novela.
En definitiva, La carretera es la película del año, aunque se la haya ignorado como tal. Una fábula sobre lo mejor y los peor de los seres humanos, y sobre todo, un canto al amor y a su enorme poder.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada