Dentro de su excelente filmografía (Heat, El último mohicano, Corrupción en Miami, Enemigos públicos, Collateral, El dilema...), Ali es quizás una de las películas más flojas de Michael Mann, un excelente realizador que siempre o casi siempre es garantía de buen cine.
Y Ali es buen cine, sin duda. El realizador vuelve a dar una lección magistral de lo que es su cine, o de cine en general. Siempre busca el mejor plano, la mejor ciudad, la mejor selva, el mejor amanecer, los sentimientos más apasionados. Mann es pasión y es elegancia, y todo eso está en Ali. También tenemos al mejor Jon Voight en muchos años, a un Jamie Foxx en el que fue su primer papel "serio" tras una carrera entonces poco brillante, y sobre todo a un Will Smith espectacular. Un poco como Foxx, hasta la fecha, hasta ese ya lejano 2001, Smith era el héroe de acción favorito de todos y una gran estrella taquillera gracias a películas como Independence Day, Dos policías rebeldes y sagas como Men in Black. Aquí demostró que también podía ser un gran actor dramático, metido en la piel de Cassius Clay, casi mimetizado con la leyenda.
Lo malo es que Ali también es una película descompensada. Poco atenta a las relaciones personales de la estrella del boxeo, es sin duda excesivamente larga y los muchos combates que vemos en pantalla llegan a cansar, como suele suceder en el cine dedicado al boxeo. Además, es muy convencional, no arriesga nada y no termina de emocionar al público como debería (ver las reacciones posteriores a la muerte de Malcolm X).
Notable cine, pero no es lo mejor de Mann.

Lo mejor: Los actores, especialmente Smith, Foxx y Voight, y la realización siempre elegante de Mann.
Lo peor: Es excesivamente larga y muy convencional.