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Voto de Sibila de Delfos:
9
Romance. Drama Anna (Felicity Jones), una joven británica que estudia en la universidad de Los Ángeles, se enamora de Jacob (Anton Yelchin), un joven norteamericano, pero ambos se ven obligados a separarse porque a ella no le renuevan el visado para permenecer en los Estados Unidos. Regresa entonces a Londres, de modo que la pareja se ve obligada a mantener su relación a distancia. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Like Crazy es una joya. Tal cual. Y lo es porque muy pocas veces una película ha resultado tan real (tan dolorosamente real) en su retrato del proceso de enamoramiento y del fracaso anunciado de una relación, primero por obstáculos ajenos a la misma y después por el puro y duro deterioro de los sentimientos.
Drake Doremus, con un estilo de realización muy de andar por casa, muy artesano, muy cámara en mano, es un observador más de la relación entre Jacob y Anna. Una relación preciosa, basada en diálogos mayoritariamente improvisados por los actores, unos extraordinarios Anton Yelchin y Felicity Jones, y sobre todo una relación muy real. No hay artificio en nada de lo que vemos y oímos en pantalla, y eso es porque Doremus y sus actores triunfan allí donde tan fácil es fracasar: naturalidad, naturalidad y naturalidad. Escuchar a Anna y Jacob es como escuchar a nuestros mejores amigos, a nuestros padres o a nosotros mismos con nuestra pareja. No hay frases prefabricadas, tópicas o cursilonas. No hay espacio para ello. Lo que ofrece Like Crazy es verdad a puñados y a puñaladas, de esa que duele, por lo real y cercana que resulta. En el adocenado y prefabricado mundo cinematográfico de hoy en día, donde muchas cosas parecen salir de una fotocopiadora, mecánicas y frías, encontrar una película con tanta alma y tanto corazón es un regalo.
No se lleva la máxima nota porque la última media hora pierde algo de fuelle y de gancho narrativo, a pesar de a excelentemente bien llevada dureza del relato en estos últimos compases, pero se le perdona porque es un defecto menor en una película de sabor dulcísimo y amargo a la vez. Merece la pena verla por Yelchin y Jones, nuestros vecinos de al lado. Por esa Jennifer Lawrence fantástica en su breve papel antes de alcanzar la gloria. Y sobre todo porque es buena, muy buena. Sin más.

Lo mejor: Los dos protagonistas y el tono absolutamente realista de la historia.
Lo peor: La última media hora no es tan intensa como el resto de la película.
Sibila de Delfos
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