Crímenes de familia, título poco inspirado, la verdad, es un sólido thriller policiaco.
Sólido en su narración y en sus interpretaciones. No tanto en su fondo o en su planteamiento, porque la sinopsis que se puede leer de la película no tiene después demasiado que ver con el contenido real de la propuesta de Sebastián Schindel. El crimen que centra toda la historia no es realmente el que se detalla en esa sinopsis, lo cual crea una cierta confusión el el espectador, que no sabe muy bien qué historia está queriendo contar el director (que también es co-guionista, junto a Pablo Del Teso).
Sin embargo, es una película que sin duda merece la pena, por la solidez con la que está escrita (atención a la declaración en sede judicial de Alicia) y por las interpretaciones de un reparto entregado. Miguel Ángel Solá tiene una habilidad especial para representar tipos con una cierta oscuridad, y Cecilia Roth, pese a todo el botox que se ha puesto en la cara (está prácticamente irreconocible y sin duda afecta a su expresión), sigue siendo la misma superdotada que conocimos en los 80 de la mano de Almodóvar y explotó para el mundo y para siempre en "Todo sobre mi madre" y sus colaboraciones con Adolfo Aristarain, "Martín (Hache)" y "Un lugar en el mundo". Fabulosa.

Lo mejor: El tono, duro y sin concesiones pero sin caer en el morbo, y por supuesto las interpretaciones de Solá y Roth.
Lo peor: Engaña un poco al espectador y el fondo es bastante "culebronesco".