Edward Burns, un año después del exitazo de Los hermanos McMullen (que fue su debut como actor, director y guionista... tremendo mérito, el suyo), hizo una incursión en la comedia romántica con Ella es única, en la que lo acompañan maravillosamente dos jóvenes Jennifer Aniston, en pleno furor de Friends, y Cameron Diaz, un año después de convertirse en una sex symbol mundial con su papel en La Máscara.
Sin embargo, si buscan en Ella es única una cinta como, por ejemplo, Notting Hill, La boda de mi mejor amigo o incluso Pretty woman, no la van a encontrar. El estilo de Burns como guionista y director está mucho más cerca de Woody Allen y el cine independiente que de las grandes comedias románticas de grandes estudio de los 90 y primeros 2000. Así, se puede alegar que le falta cierto encanto o incluso más humor, pero el resultado es sin duda correcto y, sobre todo, poseedor de un cierto estilo que la distingue de los demás ejemplos del género en la última década de siglo XX.
No es ninguna obra maestra, pero resulta un visionado agradable.

Lo mejor: Su estilo independiente a lo Woody Allen, y los actores.
Lo peor: Le falta humor y más carisma.