Complicado reto de Guillermo del Toro para intentar sumergirnos en una fábula romántica donde la magia y la fantasía son imprescindibles para conseguir que nuestra mente fluya por unos cauces ajenos a otras corrientes más convencionales. Resulta agradable dejarse llevar por este torrente de fantasía y sería una pena que de este bello recipiente sólo nos quedase un recuerdo insípido, inodoro e incoloro.

Lo mejor: Ese espacio retrofuturista cuidadosamente recreado y coloreado que nos transporta al genuino cine de serie B de los años 50 y sirve de recipiente perfecto para dar forma a esta película.

Lo peor: Lo relacionado con la trama soviética, se queda bastante desencajado del conjunto.


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