Entretenida película de terror fantástico, unido al género negro, que hace pasar un rato ameno aunque también es verdad que es un tanto repetitiva y, en algunos tramos, parece que sus guionistas no veían cómo finalizar la historia. Felizmente, su último tramo resulta divertido, sobre todo por la "chistosa" composición de Dan Stevens en su peculiar personaje.

Visualmente es atractiva, con buena dirección artística, sobre todo del interior de la casona y también es de recibo la estupenda fotografía de Aaron Morton.

Quizás un pelo larga para lo que cuenta, se podría haber aligerado unos cuantos minutos para hacerla más llevadera.

Pero bueno, no está mal aunque es claramente mejorable.

El film está dedicado a la memoria del actor Angus Cloud, de tan sólo 25 años de edad, fallecido al de poco de finalizar el rodaje de la película.

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